México aún sufre de baja inversión extranjera directa

El monopolio en ciertos sectores domésticos, como las telecomunicaciones, no atrae a los inversionistas.

Por: | Publicado: Miércoles 29 de agosto de 2012 a las 05:00 hrs.
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El actual balance de la cuenta corriente de México llegó a un superávit de US$ 1.600 millones en el primer semestre, lo que representa 0,3% de la estimación oficial del Producto Interno Bruto. Sin embargo, los resultados más interesantes del balance vienen del lado de la cuenta de capital, ya que los flujos de salida de la inversión extranjera directa (IED) superó al flujo de entrada por segunda vez en seis meses.

La pregunta de por qué la entrada de IED se mantiene tan baja parece ser intrigante, dado el buen desempeño de la economía desde la recesión de 2009. Aunque con frecuencia se culpa a las pobres condiciones de seguridad en algunas partes del país de “ahuyentar” las inversiones, no se sabe si los crímenes relacionados a la droga tengan un impacto significativo en las operaciones de compañías multinacionales ni en el atractivo de nuevas inversiones (como muestra el creciente interés de las automotrices asiáticas).



Se acaba efecto “post-Nafta”


En vez de eso, la caída de la IED desde anteriores máximos refleja una disminución del efecto “post Nafta” (el ratio promedió IED/PIB 2,9% en 1995-2005, pero sólo 1,9% en 2010-11) y la dificultad en atraer inversiones a ciertos sectores domésticos restringidos, como las telecomunicaciones (debido a la falta de competencia) y energía (debido a límites constitucionales a inversiones privadas). En Brasil, por ejemplo, esto representa 9,6% y 8,6% de las inversiones de capital extranjero en 2011 (US$ 69.500 millones en total). Hay espacio para ciertas reformas estructurales propuestas por la próxima administración de Enrique Peña Nieto para relajar el control del sector público en el altamente lucrativo sector energético, el que podría allanar el camino para más IED.

Sin embargo, sin tener reformas concretas que impulsen la competencia en el mercado doméstico, muchos otros sectores se mantendrán bajo el monopolio de las grandes empresas locales, con poco espacio para maniobrar la entrada de inversionistas extranjeros.

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