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Columnistas

D 03-7 (19;51)

Rodrigo Aravena González

Por: Equipo DF

Publicado: Martes 31 de marzo de 2015 a las 04:00 hrs.

Es usual que luego de la publicación de un IPoM exista una amplia discusión sobre los cambios presentados en el escenario base. En esta ocasión, el escenario macro sigue siendo bastante similar, en términos muy generales al presentado en diciembre: recuperación gradual (mantuvo el rango de crecimiento), con algunas preocupaciones mayores por el lado de la inflación y un sesgo aún neutral en política monetaria.


Sin embargo, este IPoM pone sobre la mesa la discusión de dos temas estructurales que con certeza no pasarán al olvido muy pronto: el nuevo escenario post alzas de tasas en EEUU y vuelve a mencionar las holguras menores a la esperadas en el mercado laboral (lo cual podría volver a instalar la discusión sobre el PIB potencial del país).


La discusión sobre el impacto que tendría el aumento de tasas en EEUU es algo que toma cada vez más relevancia, especialmente por la probabilidad de que dicho proceso se adelante. Si bien es algo que está lejos de ser controlado por nosotros, simplemente tenemos que ver la manera de mitigar efectos indeseados de esta "normalización externa", lo cual seguramente incluirá, entre otros, mayores costos financieros, menores entradas brutas de capitales a la región y precios de commodities menores.


Sin embargo, es justamente en estos episodios donde el actual esquema de políticas macro, basado en metas de inflación, foco en la estabilidad financiera, reglas fiscales contracíclicas y sobre todo la flotación cambiaria, rinde sus frutos.


El segundo tema que plantea el Central es esta persistencia de la inflación por sobre la meta en medio de menores holguras en el mercado laboral. Pese a que menciona como un elemento relevante la composición demográfica de la fuerza laboral, no podemos desconocer que un escenario de este tipo levanta dudas sobre un cambio en el crecimiento de largo plazo del país.


Así, vemos un Banco Central que más que centrar el análisis en torno a los "brotes verdes" de la economía, plantea esta interrogante estructural que, en caso de materializarse, implicaría una TPM neutral menor, necesidades de ajuste en la política fiscal, un tipo de cambio real más depreciado, entre otras cosas.


¿Cuáles podrían ser estos nuevos parámetros de largo plazo? Lamentablemente, aún no hay elementos para responder con un grado razonable de confianza. Así, la estabilidad de la política monetaria en el corto plazo tendrá, probablemente al menos, algo que ver con la necesidad de despejar algunas de estas interrogantes antes de comenzar un proceso de normalización de la TPM.

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