Decepción tras “hitos” anunciados por el gobierno. ¿Engaño a las regiones?
Jorge Martínez
Ad portas de celebrarse mañana el "Día de las Regiones", paradojalmente en Santiago, cabe hacer presente que, a pesar de la crisis institucional en que estamos inmersos, no podemos pasar por alto el grave "engaño" a las regiones que el gobierno central ha venido realizando desde octubre pasado.
Efectivamente, en regiones le creímos sinceramente a la Presidenta Bachelet su genuino y republicano interés por desconcentrar el poder y dotarnos de capacidades reales de autogobierno, en el entendido que es fundamental para superar la gran inequidad territorial del país.
Aún quedan en la retina las fechas del año pasado que estaban destinadas a ser los "hitos" de la descentralización: el 6 de abril, cuando, en La Moneda, la Presidenta designó a la Comisión Asesora Presidencial en la materia; y el 6 de octubre en Valparaíso, en el Salón Plenario del Congreso, cuando la mandataria recibió las propuestas y realizó los anuncios de las tres primeras medidas fundamentales. En ambas ocasiones, las ceremonias fueron a tablero vuelto. No faltó nadie: ministros, parlamentarios, presidentes de partidos, ósea...nadie. Es más, se preocuparon de aparecer en la prensa y en las entrevistas en televisión, obviamente apoyando a la Presidenta y "a las regiones".
¿Qué ha pasado desde ese 6 de octubre a la fecha? Sólo grandes decepciones. Algo pasó entre ese día y aquel en que se envió el primer proyecto relativo a la elección de Intendentes. Algo muy extraño, pues se cambió la fecha propuesta para la primera elección; se le "agregó" al Intendente electo una autoridad designada por el ejecutivo con más poderes incluso que él mismo, denominado "Gobernador Regional", que es una contradicción en sí misma; y para "coronar" la maniobra, no se le asignó urgencia a estos proyectos.
Además, a partir de entonces han aparecido las opiniones "privadas pero sinceras", provenientes principalmente del mundo parlamentario y de los partidos. La verdad es que, si bien comparten la "idea" de descentralizar, en realidad "no tanto ni tan pronto". En suma, la oligarquía santiaguina ganó una vez más. Es cierto que hay que repartir el poder... algún día, pero cuando "otros" lo detenten.
Entonces nosotros, los "provincianos", aquellos que somos el 60% de la población (y de los votos), nos sentimos, a lo menos, engañados y utilizados en una gran maniobra publicitaria destinada a generar apoyo popular, pero una vez desprovista de su envoltorio discursivo y populista, no quedó más que muy poco. Lo suficiente para decir que "algo están haciendo", aunque la agenda sea otra. Pero ignoran que algo ha cambiado, ahora los regionalistas nos conocemos y nos vinculamos, y estamos convencidos de que no vamos a adquirir cuotas reales de poder por la sola "generosidad" o "visión" de quienes lo detentan hoy. Vamos a tener que conquistarlo. En el fondo, siempre lo supimos.