Alberto Kassis
La sociedad chilena ha vivido profundas transformaciones en los últimos años, demandando mayor participación y fiscalizando rigurosamente la actividad empresarial. Hoy la ciudadanía exige mayores grados de transparencia y tiene una mirada crítica sobre las ganancias que provienen de la actividad productiva.
El mundo político ha reaccionado a esta nueva realidad con una agenda que vuelve a poner al Estado como la solución a las demandas sociales, muchas veces replegando la actividad empresarial a un segundo plano. Esta agenda amenaza con cambiar las bases de la institucionalidad económica del país, contando con las mayorías políticas para hacerlo.
Quienes llevamos 50 años y más haciendo empresa en Chile, y mantenemos relaciones abiertas y permanentes con nuestros colaboradores, podemos testimoniar que la única forma de asumir exitosamente los procesos de cambio es abordarlos desde el interior de las propias instituciones, con voluntad de acuerdo y unidad.
Ningún cambio sustantivo y real, que tenga mirada de futuro, puede gestarse si no hay acuerdo pleno de quienes participan en cualquier institución gremial, social o política para llevarlo a cabo. Y menos aún si no existe una comunión de voluntades y un sólido conocimiento institucional y una trayectoria para liderarlo.
De eso nos habla hoy la Sofofa, una institución que durante sus más de 130 años ha tenido la capacidad y visión para adecuarse de manera permanente a las necesidades que le impone el país. Siempre aportando con una valiosa mirada de futuro y tendiendo puentes con los demás gremios productivos, las autoridades y el gobierno.
Hoy el desafío es mantener la unidad para crecer e impulsar los cambios que sean necesarios. Se necesita experiencia, compromiso y trayectoria para seguir conduciendo con éxito los nuevos desafíos. El aporte de la mujer, de los jóvenes y los emprendedores es muy bienvenido, tal como lo reflejan los últimos dos años de la gestión que ha liderado Hermann Von Mühlenbrock como presidente de la Sofofa, quien además logró generar una importante cohesión interna en momentos en que esta institución debió enfrentar tristes momentos, luego del lamentable fallecimiento de su ex timonel Andrés Concha.
A los empresarios industriales nos anima la vocación de contribuir al crecimiento del país, generando un mayor bienestar para todos, generando empleos de calidad, aportando innovación y fortaleciendo la competencia nacional y la presencia en los mercados externos. Nos preocupa también que aquellos casos que se alejan de las buenas prácticas y evidencian faltas a la ética enloden la labor que, con tanto esfuerzo, compromiso y dedicación, han realizado miles de empresarios sin ningún afán de protagonismo y teniendo como único horizonte apoyar el desarrollo de nuestro país y sus habitantes.
Los empresarios tenemos la convicción que la empresa puede y debe seguir aportando al desarrollo nacional. Ese es el compromiso que quienes día a día hacemos empresa, hemos asumido voluntaria y conscientemente por Chile. Y hoy vemos una Sofofa unida, con mirada de futuro, trabajando intensamente por los objetivos que le interesan a sus asociados y por un mejor Chile para todos.