Reformas italianas
Por: | Publicado: Jueves 26 de abril de 2012 a las 05:00 hrs.
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Un hombre infiel podría tener dificultades para elegir entre su amante y su esposa. Mario Monti, el primer ministro tecnócrata de Italia, está obligando a los financistas a enfrentar un dilema similar. Bajo la nueva ley que busca desenmarañar una red de posiciones accionarias cruzadas que ha trabado al sistema financiero de Italia, el foco quedó puesto en los directorios. La ley, que entra en vigencia hoy, prohibe que los directores de los bancos y compañías de seguros ocupen puestos en directorios de firmas rivales. Se espera que esto afecte unos 1.500 asientos en las juntas. Es un buen comienzo, pero se necesita más.
Los primeros en beneficiarse serán los accionistas minoritarios de las instituciones financieras. Ellos, después de todo, tienen derecho a directorios verdaderamente independientes. Los inversionistas de Assicurazioni Generali, la mayor aseguradora italiana por activos, son un ejemplo. El martes, el director ejecutivo de Mediobanca, Alberto Nagel, fue sacado (probablemente contra su voluntad) del directorio de Generali, reduciendo la influencia del banco milanés sobre la aseguradora con base en Trieste. Por su parte, Vincent Bolloré, vicepresidente del directorio de Generali, dejó su asiento en Mediobanca. Definitivamente un paso en la dirección correcta, aunque el banco aún ejerce cierto control.
Mediobanca fue creada para ayudar a reconstruir la Italia corporativa de postguerra. Pero se enquistó. Hoy, las firmas italianas deben sostenerse por sus propios pies. Y Mediobanca podría usar capital estancado en compañías como Generali para cumplir las exigencias de Basilea III. Ese es sólo un ejemplo.
Monti dejó mucho en el aire, como la definición de “independencia”. Su ley tampoco reduce los aún inmanejables directorios. Pero hay incentivos: las acciones del grupo de medios RCS subieron 30% en la semana después de que recortara su directorio a la mitad. Los minoritarios ahora verán con quién están las lealtades de los ejecutivos.
Los primeros en beneficiarse serán los accionistas minoritarios de las instituciones financieras. Ellos, después de todo, tienen derecho a directorios verdaderamente independientes. Los inversionistas de Assicurazioni Generali, la mayor aseguradora italiana por activos, son un ejemplo. El martes, el director ejecutivo de Mediobanca, Alberto Nagel, fue sacado (probablemente contra su voluntad) del directorio de Generali, reduciendo la influencia del banco milanés sobre la aseguradora con base en Trieste. Por su parte, Vincent Bolloré, vicepresidente del directorio de Generali, dejó su asiento en Mediobanca. Definitivamente un paso en la dirección correcta, aunque el banco aún ejerce cierto control.
Mediobanca fue creada para ayudar a reconstruir la Italia corporativa de postguerra. Pero se enquistó. Hoy, las firmas italianas deben sostenerse por sus propios pies. Y Mediobanca podría usar capital estancado en compañías como Generali para cumplir las exigencias de Basilea III. Ese es sólo un ejemplo.
Monti dejó mucho en el aire, como la definición de “independencia”. Su ley tampoco reduce los aún inmanejables directorios. Pero hay incentivos: las acciones del grupo de medios RCS subieron 30% en la semana después de que recortara su directorio a la mitad. Los minoritarios ahora verán con quién están las lealtades de los ejecutivos.