Un hotel en el club
La cadena Westin administrará el proyecto hotelero que P&G Larraín ya comenzó a construir al interior del Club de Golf Los Leones.
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Las obras preliminares comenzaron discretamente. Lejos del ruido que ocho años atrás provocó la idea. Hace unas semanas partieron bajo la ladera del Cerro San Luis −que ocupa parte del Club de Golf Los Leones−, las primeras faenas del Westin Santiago, el proyecto hotelero de P&G Larraín que abriría sus puertas a partir de 2021 en el corazón de Las Condes.
El proyecto, cuya construcción se acordó hace tres años, considera el pago de un arriendo de US$ 2 millones anuales al club por el uso de las aproximadamente 3,8 hectáreas en que se desarrollará y explotará el negocio.
La inversión alcanzará unos US$ 83 millones y contempla la construcción de dos edificios de cinco pisos cada uno, con un total de 493 habitaciones y once subterráneos. Se estima que el acceso a las nuevas intermediaciones esté por el costado del club, en la intersección de la calle Luz con avenida Vitacura.
El complejo hotelero, que será uno de los más grandes de la Región Metropolitana, tendrá un área de spa, oficinas, diferentes piscinas y gimnasios y contará con salones para eventos multiuso. Se espera que el primer inmueble se termine de construir en 2021 y el segundo, el 2026.
DOS BANDOS
En 2011, el club de golf comenzó a estudiar diferentes maneras de allegar recursos que generaran ingresos y que pusieran en valor su extenso y bien ubicado terreno en Presidente Riesco 3700. La sola idea de arrendar un paño para la construcción de un hotel desató un fuerte conflicto entre sus socios y accionistas. Se formaron dos bandos que parecían irreconciliables: en un extremo, el grupo liderado por el empresario Juan Hurtado Vicuña, que se negaba a cualquier posibilidad de abrir las puertas del club a ese negocio. Enfrente existía un segundo conjunto de personas, liderado por el expresidente de la entidad, Sergio Urrejola, que estaban dispuestos a acoger el plan inmobiliario si los números y las condiciones eran “adecuadas”.
Finalmente, el 6 de julio de 2016 –y luego de cinco años de diversos inconvenientes−, salió humo blanco desde la entidad social y deportiva. Las partes en conflicto llegaron a acuerdo y el club suscribió un memorándum de entendimiento con la Inmobiliaria y Hotelera Cerro el Golf S.A., controlada por P&G Larraín y representada por Gerardo Larraín Sartorius, hijo mayor del empresario del mismo nombre, fallecido el 3 de enero de este año.
El 14 de mayo del 2018, el Sistema de Evaluación Ambiental (SEIA) le dio luz verde. Dos años antes, en julio del 2016, la Dirección de Obras Municipales de Las Condes les entregó las autorizaciones iniciales que fueron ratificadas tiempo después.
CAMBIOS, RETRASOS Y FINANCIAMIENTO:
El proyecto que está desarrollándose en la actualidad se distancia mucho de lo que se tenía pensado en 2011, cuando recién nació la idea de edificar un complejo hotelero al interior del club. Los primeros inversionistas interesados fueron el empresario Cristián Correa Searle y el argentino Adam Elloed. Hoy sin embargo, el panorama ha cambiado radicalmente.
El fallecimiento de Cristián Correa en 2013 produjo un giro radical. Al año siguiente de su defunción, el fondo inglés Knightsbridge Partners que participaría del negocio, decidió retirarse de la operación luego de una búsqueda insatisfactoria de potenciales interesados. Esto dejó a los inversionistas originales con problemas de financiamiento, por lo que tuvieron que tocar timbres para conquistar a nuevos grupos. Fue ahí donde apareció P&G Larraín para retomar y modificar el proyecto.
El plan original contemplaba la construcción de una torre de once pisos con servicio de hotelería y apart-hotel. Luego ese proyecto se desestimó y se redujo a nueve plantas. Sin embargo, la ficha aprobada por el SEIA anticipa que serán dos edificios de cinco pisos cada uno.
Otro de los cambios fue el operador. Al principio la idea era que la cadena canadiense Four Seasons, se adjudicara el proyecto. Sin embargo, en 2016, P&G Larraín le entregó a la norteamericana Westin el negocio. Pero ese mismo año, se concretó la fusión a nivel global entre los gigantes hoteleros Marriot y Starwood, el grupo dueño de los Westin. Si bien se pensó en un inicio que se realizarían cambios, no se produjeron modificaciones mayores al plan original.
En 2018 surgió otro traspié: el Ministerio de Obras Públicas (MOP) criticó el Estudio de Impacto Vial del proyecto porque, según el organismo, estaba desarrollado sobre el escenario de 2011, cuando los flujos vehiculares eran muy menores al actual. Esa polémica se dejó atrás después de que la sociedad modificara partes del documento.
Por si todo eso fuera poco, en 2014 la corporación Defendamos la Ciudad liderada por el arquitecto Patricio Herman, denunció que por encontrarse en un área verde, este proyecto no pagaría los impuestos correspondientes a un bien raíz del tamaño y calidad que se estaba proyectando. La polémica, sin embargo, no escaló.
Un mercado en alza
El proyecto de Westin se enmarca en el contexto del boom hotelero que protagoniza Santiago, convertido en un destino cada vez más popular en el mundo.
Según la empresa de bienes raíces JLL, en 2018 la ocupación total en la capital chilena alcanzó 68,1%, una de las más altas de América Latina, superada solo por Buenos Aires. Se estima que para los próximos años esa cifra aumente.
Las casi quinientas habitaciones del nuevo Westin se sumarán a las 310 del Mandarin Oriental, el lujoso proyecto hotelero chino que se instalará en el ex Hyatt; las 253 del futuro AC Santiago Costanera Center; las 401 del Hilton de Parque Arauco y las 446 que Marriot levantará en tres hoteles en las comunas de Providencia, Santiago y Vitacura en los próximos años.
De hecho, el mismo estudio de JLL estima que en el mediano plazo se construirán alrededor de 2.200 habitaciones en Santiago y que en 2019 crecerá aún más la ocupación debido a distintos eventos masivos que se desarrollarán en la capital.