- Ambas candidatas han planteado su interés por mejorar las pensiones, aunque las vías son algo distintas. Durante una exposición en Chile este año, usted advirtió sobre el impacto de las tasas de interés -que seguirán bajas al parecer- en el monto de las pensiones.
-¿Cómo se debe abordar el tema bajo su óptica?
- El problema de fondo es que dadas nuestras expectativas de vida, número de años que trabajamos y tasas de interés, como sociedad no ahorramos lo suficiente para tener las pensiones a que aspiramos. Cuando el sistema de pensiones se lanzó, la tasa de interés real de largo plazo en Chile era cercana al 8%; hoy está por debajo de 3%, por lo cual cuando transformemos el stock ahorrado en flujo de pensiones, recibiremos casi un tercio de lo que hubiera sido entonces. Las expectativas de vida también han aumentado: un tercio de los niños que nazcan este año vivirán hasta los 100 años. Sin embargo, los años trabajados no han aumentado. Finalmente, un gran número de trabajadores no cotiza regularmente.
Desde mi perspectiva, el sistema chileno es uno de los más eficaces del mundo. El problema es simple: no ahorramos lo suficiente. Los sistemas estatales de Europa, EEUU y Japón son insolventes, están quebrados, los jóvenes de hoy no recibirán nada de ellos. Para tener niveles de consumo estable durante la transición de la vida laboral a la jubilación estimo que se necesitan imposiciones cercanas al 20%, mucho más de lo que plantea Matthei. En Singapur, las cotizaciones son del 40%.
- ¿Lo debe pagar la empresa?
- Quien haga el pago es independiente de la persona o entidad que asume la carga. No es el tema más relevante, pero creo que al ser el trabajador quien la asume, hay menos desincentivo a contratar.
- ¿Propone algo especial para lograr eso?
- Podemos aprender de otros países. En Turquía, por ejemplo, han introducido fuertes incentivos al ahorro: el gobierno aporta 1 peso por cada peso ahorrado por el trabajador en su fondo de pensiones. El Estado chileno podría aportar 1 peso por cada peso contribuido por el trabajador por sobre el mínimo imponible. Este incentivo podría estar focalizado en trabajadores en niveles de ingresos bajos y medios. Es más, propondría que la plata que piensan gastar en financiar la educación de los ricos la usen para esto. Es posible también que la facilidad de cambiar de fondo de pensiones todos los meses genere externalidades negativas. Por ejemplo, puede requerir que las administradoras tengan que mantener dinero en efectivo, no invertido más alto afectando el retorno. Consideraría restringir los cambios de fondos a una vez al año. Es algo que vale la pena estudiar.
Los reparos a la AFP estatal
- ¿Es una buena idea la AFP estatal?
- Es una propuesta ideológica e irrelevante desde el punto de vista de mejorar pensiones. No aumenta el ahorro que es el problema central. Dudo que consigan gestores de fondos superiores a los del sector privado, por lo cual no creo que generen retornos superiores. Por una parte, dicen que aumentará la competencia; pero por otra, plantean que se enfocara en sectores más pobres por los cuales las AFP no compiten. Es otra manifestación más del deseo de hacer crecer el Estado independientemente de la necesidad.