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¿Eres cliente nuevo?
REGÍSTRATE AQUÍHa habido una adecuación de formatos. Hay que ver lo que ha pasado con las marcas propias", cuenta José Juan Llugany, de Carozzi.
Por: Equipo DF
Publicado: Sábado 9 de agosto de 2008 a las 05:00 hrs.
Emilio Maldonado Quevedo
Ha llenado más páginas que
la erupción del Chaitén. Si se escribe "inflación en Chile", Google
arroja casi 2.000 artículos de prensa ¡sólo en el último mes!
Así
de protagonista ha sido la que se ha convertido en una verdadera
jaqueca para la economía mundial, y en el enemigo número uno del
ministro de Hacienda, Andrés Velasco, y obviamente del Banco Central.
Para
aterrizar el efecto de este fantasma que hoy reaparece en los
titulares, y principalmente en el bolsillo de los consumidores, tres
altos ejecutivos de firmas de consumo analizaron las consecuencias de
este encarecimiento.
Se trata de Fernando del Solar, presidente
de Nestlé, José Juan Llugany, gerente general de Empresas Carozzi y
Gabriel Molina, gerente general de Cial Alimentos (matriz de La
Preferida, San Jorge y Zwan).
Ellos, o las empresas a las cuales
representan, están en la base de la canasta alimenticia. No hay lista
de compras que no incluya leche, sopas, pastas, jugos o cecinas, por lo
cual son fuentes calificadas para hablar sobre cómo afrontar el futuro
en un Chile cada vez más "inflado".
Pese a que la inflación en
el país más que duplica el crecimiento proyectado del PIB (9,5%
acumulado a 12 meses), estos ejecutivos son optimistas. Tanto por el
futuro, como por la respuesta de los consumidores. Es más, pese a que
los indicadores muestran que las alzas de la canasta calculada por el
INE está cerca de llegar a los dos dígitos, creen que pudo ser peor.
¿Vendrán tiempos mejores?
Para
graficar por qué las cifras de inflación podrían ser peores, el trío
señala que sus costos han aumentado mucho más que lo que han traspasado
a público.
El trigo duro, con el cual se fabrican las pastas,
pasó en menos de un año de US$ 180 la tonelada a US$ 1.000 como peak,
estabilizándose últimamente en torno a los US$ 660.
Cial
Alimentos también ha resentido los mayores costos, especialmente de la
energía. Y la leche de Nestlé está por la nubes, como señala Del Solar.
De los US$ 2.000 que costaba la tonelada, hoy no baja de los US$ 5.000.
Todo
ello gatillado por el alto precio de los insumos en el extranjero, lo
cual tendrá por varios meses al costo de la vida por sobre las
expectativas. "La inflación no la van a controlar en un plazo de dos
años. Su impacto en términos de salarios se verá reflejado el año que
viene como también todo lo que significa indexación por UF, por lo
tanto pensar que volverá el próximo año a 3% es una ilusión", comenta
el presidente de Nestlé.
Pese al poco alentador comentario,
tanto Del Solar, como sus colegas, coinciden en que los peores meses ya
pasaron. Y aunque el fantasma seguirá rondando y los precios nunca
volverán a ser tan bajos como antes, de todas maneras ven un
decrecimiento del IPC en los próximos meses.
El vaso medio lleno
Pero
mientras ello no sea una realidad, la industria del consumo, de la mano
de sus proveedores y del retail, han ideado fórmulas para mejorar la
eficiencia, y así traspasar sólo en parte el alza de los insumos,
señalan estos ejecutivos.
"Hay que buscar eficiencias, trabajar
más cercano con tus proveedores, y al final siempre en estos momentos
más complejos las personas nos ponemos más creativas y se levantan
planes de mejoras",señala Molina, lo cual es refrendado por el
presidente de Nestlé: "En toda la cadena de valor hay ineficiencias y
en toda la cadena de valor hay oportunidades para mejorar", sostiene.
Ello,
según afirma él y Llugany, también se ve apoyado por un trabajo en
conjunto tanto con supermercados, como con otros formatos que hoy
tienen protagonismo, como almacenes y ferias libres, siendo estos
últimos donde se concentra el 40% del consumo nacional.
Dentro
de este trabajo en conjunto se encuentra el desarrollo de nuevos
formatos, lanzamientos de promociones y ofertas, las cuales se han
intensificado, con el fin de mantener el nivel de consumo. "Ha habido
una adecuación en los formatos. Hay que ver lo que ha pasado con las
marcas propias de los supermercados, con altos índices de crecimiento.
En general, las categorías nuestras no se han visto afectadas en las
primeras marcas", relata el gerente general de Empresas Carozzi.
El
máximo ejecutivo de este fabricante de pastas, harina, galletas, jugos
y confites asegura que el consumo en Chile no ha bajado como se
esperaría. No por lo menos en los alimentos básicos.
Ello es
reafirmado por Del Solar, quien además aprovecha de hacer una crítica a
la lluvia de proyecciones macroeconómicas que inundan el país. "Son
igual que el famoso índice de confianza del consumidor. Si uno lo mira
desde principios de 2007 hasta estos meses de 2008, el indicador cayó
radicalmente; sin embargo, hubo récord de venta de autos, de venta de
pasajes, y no había un solo hotel disponible para el verano (...) al
final todo es menos dramático de lo que se dice, publica y anuncia. Una
cosa son los datos objetivos y otra son las proyecciones pirotécnicas
que asustan a la gente y que al final no se reflejan y ¡ojalá que no se
reflejen!", relata el ejecutivo lechero.
Con esta visión del
vaso medio lleno, los tres auguran un 2009 con la misma cantidad de
proyectos que tenían en carpeta. Mientras Cial Alimentos reorganizará
sus inversiones, priorizando automatización de los sistemas de
producción, Carozzi no modificará la ruta trazada, ya que según afirma
Llugany, ya se hicieron las modificaciones para enfrentar estas aguas
turbulentas.
Nestlé, según Del Solar, sigue manteniendo el plan
de inversiones por US$ 100 millones para 2009. Ni una sola coma se
moverá de él.
Pero no todo es perfecto para estos ejecutivos. El
motivo de su reunión era analizar la inflación, pero fue la rigidez
laboral y las señales que da la autoridad lo que se robó el
protagonismo, ya que saltó como la mayor preocupación para la industria
del consumo, tal como expresan a continuación.