El lunes, el INE informó que en el trimestre marzo-mayo la tasa de desempleo subió a 8,9%, el nivel más alto en cuatro años para el mismo período, es decir, cuando comenzaba la pandemia. El dato preocupa a los economistas y al sector privado, mientras que desde el Gobierno desestiman que las políticas laborales impulsadas por la actual administración estén incidiendo en debilidad del mercado laboral.
Si bien durante el actual Gobierno se han creado 548.650 puestos de trabajo desde el trimestre enero-marzo de 2022 a marzo-mayo de 2025, la contracara es que también creció la población sin trabajo. De acuerdo con la encuesta del INE, actualmente existen 917.920 personas desempleadas, esto es 173.880 más que en enero-marzo de 2022, cuando asumió el Presidente Boric. Con ello, en estos tres años, la tasa de desempleo subió de 7,8% a 8,9% y, según advierten algunos economistas, existe una alta probabilidad de que supere el 9% más entrado el invierno.
La situación es peor en el caso de las mujeres, cuya tasa de desempleo llegó a 10,1%. Del total de nuevos desempleados en estos tres años, el 58,5% corresponde a mujeres, con 101.720 nuevas desocupadas, mientras que 41,5% son hombres (72.160 adicionales).
“Esta es la principal deuda del actual Gobierno y de la exministra, hoy candidata presidencial, Jeannette Jara, porque ella era la que estaba a cargo de esta materia”, sentencia el economista y director del Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, David Bravo. Para el experto laboral, “el Gobierno ha tenido una mirada selectiva de los datos y un diagnóstico autocomplaciente, lo cual es bastante irresponsable cuando se trata del empleo, por la importancia que tiene para el ingreso de las familias. Ignorar este tema hace que no se tomen las medidas necesarias”.
A su juicio, esta “ceguera” llevó a que se impulsara una agenda laboral -independiente de los beneficios- sin evaluar adecuadamente los costos. “La principal razón de la situación del mercado laboral es el bajo crecimiento económico. Pero, además, hubo muchas de las medidas que se tomaron y siguen tomando, como si estuviéramos con pleno empleo. Eso agudizó el problema”, plantea.
En mayo, el salario mínimo subió a $529.000 y acumula un alza de 51% nominal durante el Gobierno y si se considera que en enero volverá a subir a $539.000, el incremento será 54%. Esto se suma a la Ley de 40 horas, la Ley Karin y la reforma previsional, que aumentará la cotización previsional con cargo al empleador.
La mayor carga para los empleadores se traduce en un incremento de los costos laborales de 28% desde marzo de 2022, según el índice del Banco Central. “Los costos laborales siguen creciendo a tasas elevadas y las empresas manifiestan algún grado de preocupación por su trayectoria futura”, advirtió el instituto emisor en su último Informe de Política Monetaria (IPOM).
El director del Observatorio del Contexto Económico (OCEC) de la UDP, Juan Bravo, plantea que el país no ha logrado elevar su capacidad de crecer y eso repercute en el dinamismo de la generación de empleo asalariado formal en el sector privado. Pero también destaca que los incrementos del salario por hora desalineados del crecimiento de la productividad laboral terminan afectando la generación de empleo, en particular en las mipymes, que son las que tienen menos “espaldas financieras” para enfrentar el alza en los costos.

Aún faltan 300 mil empleos
“Esta es la deuda de este Gobierno y es un problema que desde el principio no han querido mirar”, coincide la académica del ESE Business School de la U. de los Andes, Cecilia Cifuentes. Señala que en los últimos años ha habido una combinación de reformas que encarecen la mano de obra mientras en el mundo el cambio tecnológico produce sustitución de trabajadores por máquinas. “Ante mayores costos laborales, las empresas comienzan a sustituir trabajo por capital”, sostiene.
Cifuentes resalta que la tasa de ocupación -quienes tienen un empleo respecto de quienes están en edad de trabajar- aún se ubica en 56,6%, por debajo de los niveles prepandemia, cuando alcanzaba 58,2%. Explica que durante la crisis del Covid muchas personas dejaron de buscar empleo, salieron de la fuerza de trabajo a la inactividad, pero hoy están volviendo y no encuentran un cupo. Eso ha llevado a que la tasa de desocupación esté subiendo.
Para recuperar el nivel de ocupación previo a la pandemia todavía sería necesario crear en torno a 300 mil puestos de trabajo, estima Cifuentes. Aun así, señala que, si volviéramos a tasas de ocupación de 58%, seguiríamos bastante por debajo del promedio de 63,5% de la OCDE.
Sin embargo, el ministro del Trabajo, Giorgio Boccardo, -quien reemplazó a Jeannette Jara cuando se retiró del Gobierno- es enfático en descartar que la reformas sean la causa del mayor desempleo. “Hemos sido claros en que las reformas laborales impulsadas por nuestro Gobierno —como el salario mínimo, las 40 horas, la reforma de pensiones o la Ley Karin— nacen de una necesidad ciudadana y fueron trabajadas en base al diálogo social, el cual nos permitió alcanzar acuerdos transversales tanto con empresarios, trabajadores y el Congreso”, resalta.
El secretario de Estado sostiene que, en perspectiva, la tasa de desocupación ha venido aumentando desde 2013, fenómeno que se explica principalmente por las bajas tasas de crecimiento más que por políticas puntuales en materia laboral. “La tasa de crecimiento anual del producto pasó de 6,4% en 2012 a mantenerse por debajo del 2% desde 2014. Por ello, proyectos como la Reforma de Permisos Sectoriales son tan relevantes, ya que permiten materializar inversión —el motor fundamental para la creación de empleo— y que, hay que decirlo, ha sido abordado por este Gobierno”, sostiene.
En ese sentido, asegura que la situación del mercado laboral evidentemente preocupa al Gobierno, por lo que “resulta injusto” decir lo contrario, “y desconoce las múltiples medidas que hemos implementado a favor del empleo, especialmente desde el Ministerio del Trabajo y Previsión Social”.
Banco Central discrepa
En el Banco Central, sin embargo, piensan distinto. Además del rezago en algunos sectores productivos y elementos estructurales, como la dificultad del volver al mercado para mayores de 55 años, sí resaltan el alza de costos como una causa del desempleo.
“Tenemos un mercado laboral que se ha venido ajustando a presiones de costo, que son varias sistemáticas en el tiempo. Es verdad que son graduales, pero de alguna manera hay que incorporarlas”, afirmó el jueves en un seminario, la presidenta del Banco Central, Rosanna Costa.
Recordó un estudio realizado por el Banco Central el año pasado, que mostró una diferencia en la evolución del empleo entre empresas con mayor proporción de trabajadores con sueldo mínimo que aquellas que tienen una proporción menor con ese nivel de sueldo.
“La evidencia empírica presentada por el Banco Central a fines de 2024 en ese estudio mostró que las alzas recientes del salario mínimo se tradujeron en una caída promedio de 4,8% mayor en el empleo en el grupo de empresas con mayor proporción de trabajadores afectos al salario mínimo, con respecto al resto de las empresas”, comenta Juan Bravo.
Rezago en construcción y regiones del sur
Entre los sectores con mayores rezagos, la presidenta del BC destacó en particular la construcción. El sector lleva años mostrando cifras negativas de actividad y en el primer trimestre de 2025 volvió a caer 1,2% anual. Actualmente, la construcción ocupa a 712.650 personas, según la encuesta del INE, eso es, 43.630 trabajadores menos que antes de la pandemia y 70.390 menos que cuando asumió el actual Gobierno.
Al contrario, los sectores educación y salud son los que más empleo han creado durante la actual administración, con 89.820 y 80.670 cupos adicionales, respectivamente.
Por categoría de ocupación, desde marzo-mayo de 2022 se crearon 361.280 puestos de trabajo asalariados en el sector privado y 83.530 en el sector público. Juan Bravo aclara, en todo caso, que el grueso de este último corresponde a municipalidades y no al Gobierno.
Por otra parte, el deterioro en las tasas de desempleo es mayor en el sur del país. En la región de Ñuble la desocupación llegó a 10,4% en el trimestre marzo-mayo y acumula un incremento de 2,8 puntos porcentuales (p.p.) en los últimos tres años. Asimismo, en La Araucanía, la tasa de desempleo pasó de 7,2% en enero-marzo de 2022 a 9,8% en marzo-mayo de este año, con un avance de 2,7 p.p.
David Bravo cuestiona que estas cifras desagregadas también han sido ignoradas por las autoridades. “Reconociendo que la situación fiscal es estrecha, con estos datos el Gobierno hubiera podido quizás tomar medidas específicas por sectores o en las regiones más afectadas”, plantea.
Esta semana, el Gobierno ingresó al Congreso el proyecto de ley que unifica los programas de subsidios al empleo. Los economistas valoran la iniciativa, sin embargo, sostienen que el problema es más profundo y requiere medidas más radicales. Esperan que este sea un tema central en la campaña presidencial, sobre todo si se considera que los costos laborales seguirán subiendo con el nuevo aumento del salario mínimo en enero, la nueva reducción de la jornada laboral de 44 a 42 horas en abril de 2026 y, aún más próximo, el aumento de 1 punto en la cotización previsional desde agosto de este año.