En 2021, en pleno auge del capital de riesgo para startups con rondas millonarias y grandes valorizaciones, la filial chilena de BTG Pactual apostó por un modelo poco conocido en el país, con el primer fondo de deuda dirigido a empresas emergentes de base científico tecnológica.
En estos cuatro años, el banco de inversión de origen brasileño ha estructurado tres vehículos de venture debt (deuda de riesgo para startups) en Chile por un total de US$ 60 millones y entregado créditos a 16 empresas.
16 startups han financiado con deuda desde 2021.
El gerente de nuevos negocios de BTG Pactual, Eduardo Gomien, comentó que partieron con la idea de “participar del boom del financiamiento, pero sin desconocer el ADN de la compañía”. El balance es positivo, según el ejecutivo, ya que realizaron buenas inversiones. Además, destacó que decidieron apostar “por un segmento donde hubo harta incertidumbre al inicio”.
La firma ya tenía experiencia en inversión de capital de riesgo y deuda en Brasil. Esta última se aplicó en Chile porque vieron una “gran oportunidad” en el mercado.
“No había nadie entregando créditos a startups y era algo contraintuitivo, porque naturalmente uno apunta a prestarle dinero a empresas que van a pagar, y se asume que estas compañías tienen más riesgo”, afirmó.
Según el ejecutivo, a diferencia de Brasil, en Chile observaron “un ecosistema muy vibrante”, pero con muchas startups en etapa inicial y fondos de inversión en fase temprana que “estaban haciendo una buena pega”. Por ello, determinaron que el crédito era la figura donde podían “agregar valor”.
El modelo
A diferencia del capital de riesgo, los fondos de deuda suelen tener una duración menor. En el caso de BTG Pactual, el plazo para pagar los créditos oscila entre los 18 y 36 meses, mientras que en venture capital puede llegar hasta los 10 años o más para tener retorno.
Gomien señaló que al comienzo la principal barrera fue convencer a los inversionistas, porque la mayoría buscaba equity (participación en la propiedad).
“La venta de Cornershop a Uber era reciente y todos querían ser parte del próximo éxito. Requirió algo de evangelización, pero tuvo una buena llegada”, afirmó.
Otro reto fue “prestar plata con garantías, que también se logró”.
Además, crearon un comité de crédito con, entre otros, Fernando Massú y Juan Guillermo Agüero.
Según Gomien, todo esto “hizo sentido a los inversionistas” y entraron cuatro compañías de seguros: BICE Vida, Confuturo, Penta y Security, como aportantes.
“Fueron visionarias, veían todo lo que pasaba en el mundo startup, pero el salto a invertir en un fondo de venture capital era muy grande, mientras que un crédito les permitía conocer (este nicho) y con un riesgo más acotado”, comentó.
El primer fondo recaudó US$ 15 millones con tickets desde $ 500 millones hasta $ 2.500 millones. Los invirtieron en seis meses en nueve startups -como Wild Foods, Wift, Buydepa, Talana y Reuse-, con una rentabilidad neta anual de 13,8% a la fecha.
El modelo de deuda de riesgo genera retorno principalmente con la tasa de interés de cada crédito, pero también a través de equity kicker: “Si a la startup le va bien, tiene que compartir algo de ese éxito. Por ejemplo, éramos acreedores de Talana y logramos un retorno más alto cuando se vendió”, explicó.
Hasta hoy mantienen la tesis de inversión: “Somos agnósticos en todo sentido, en etapa y sectores, pero obsesivos con la garantía”, dijo.
Aquello, agregó, supone un análisis para entender el modelo de negocio de cada compañía y “pensar cómo recuperar y pagar el crédito si este no funciona”.
A la fecha no han perdido dinero y solo tuvieron que recurrir a la garantía una vez, con Karün.
Para su segundo fondo, levantaron US$ 20 millones con los mismos aportantes y sumaron a una administradora de fondos de pensiones: PlanVital.
Con este vehículo, que tuvo el desafío de buscar compañías diferentes, financiaron a ocho startups como Zapping y Comunidad Feliz, con una rentabilidad anual neta de 12,6%.
Nuevas inversiones
A mediados de 2024 salieron a invertir su tercer y actual fondo de US$ 25 millones, con AFP Cuprum entre sus aportantes.
“Vemos un ecosistema más maduro. Las compañías que conocimos los últimos años hoy ya son scaleups, bien valorizadas y con buenos negocios”, dijo Gomien.
Señaló que han ejecutado cerca del 60% del fondo en cinco startups -con tickets máximos de $ 4.500 millones- y estimó que llegarán al 100% a fin de año con cinco nuevos créditos.
En 2026 “viene un período de pausa” para evaluar los pasos a seguir, a raíz de la entrada de nuevos actores y el desarrollo del segmento de deuda de riesgo. Para ello, analizarán alternativas como estructurar un cuarto vehículo, crear uno exclusivo para ScaleX o ingresar al mercado de las secundarias. “La cancha está abierta”, dijo.