Desde su fundación, hace más de 60 años, Clínica Indisa ha tenido entre sus dueños a algunos de los nombres más reconocidos del empresariado chileno: primero la familia Angelini, luego los grupos Marín y Ergas.
Hace más de dos décadas, sin embargo, comenzó una nueva etapa con el ingreso de los actuales controladores, que hoy protagonizan un nuevo capítulo tras la salida de la familia Fernández Cofré.
Durante los últimos 20 años, aproximadamente, la propiedad de la segunda mayor clínica privada del país por número de camas ha estado en manos de cinco sociedades lideradas por Alejandro Pérez, Jorge Selume, Ignacio Poduje (hijo de Miguel Ángel), Margarita Cofré (viuda de Ignacio Fernández) y Juan Antonio Guzmán, en conjunto con Julio Dittborn.
En detalle, fue en 2001 cuando se selló el ingreso de la primera tanda de los actuales controladores. Ese año, Miguel Ángel Poduje, junto a Juan Antonio Guzmán, Jorge Selume y Luis Cordero, compraron la participación de los grupos Ergas y Marín. Los socios eran figuras reconocidas: Poduje fue ministro durante el Régimen Militar, y Cordero, fundador de la UDI y presidente de la Universidad San Sebastián. Luego, Cordero vendió su participación a Alejandro Pérez e Ignacio Fernández, dando forma al pacto que se mantuvo inamovible hasta ahora.
La reciente salida de Margarita Cofré ya había sido conversada al interior del pacto desde hace meses; sin embargo, fue la semana pasada cuando la familia concretó la venta del último paquete accionario que le quedaba.
“La familia de Margarita Cofré, viuda de Ignacio Fernández, un socio y amigo por muchos años, decidió vender su participación en Indisa para concentrarse en otros rubros. Para no debilitar la participación accionaria de los miembros del pacto, su participación la compró mi familia”, explicó Alejandro Pérez a Señal DF, quien además de ser parte del pacto es vicepresidente del directorio.
Cronología Bursátil
Los movimientos en la Bolsa de Santiago comenzaron el 7 de enero, cuando, a través de la sociedad Inversiones Portapia SpA, la familia Cofré vendió US$ 2,14 millones en acciones de Indisa. El siguiente paquete fue seis meses después: en julio enajenó US$ 8,21 millones y luego, en septiembre, US$ 1,1 millones. La última venta fue el pasado 16 de octubre, cuando Cofré vendió el 2,6% que le quedaba por US$ 11,36 millones.
Tal como lo acordaron en el pacto, las transacciones no movieron las agujas al interior de la propiedad, y Pérez compró los cuatro paquetes. En total, el vicepresidente de Indisa desembolsó US$ 22,76 millones por alrededor del 6,5% de la propiedad. Con esto, su participación alcanzó el 22,7%, en comparación con el 16,2% que ostentaba al cierre de 2024.
“Esta compraventa no significa cambio alguno en los objetivos estratégicos de Indisa. De hecho, salvo la familia de Margarita, ninguno de los restantes integrantes del pacto ha vendido acciones. Por lo que yo entiendo, todos han manifestado su interés en mantener o incrementar sus respectivas participaciones”, agregó Pérez.
Efectivamente, el apetito del resto de los controladores se evidencia en los registros de la Bolsa de Santiago. En medio del aumento de capital que está realizando la compañía, los miembros han comunicado sucesivas suscripciones de acciones.
Ignacio Poduje y Antonio Guzmán informaron compras por más de $1.500 millones cada uno para no diluirse. Paralelamente, la semana pasada Jorge Selume adquirió cerca de un 0,4% de Indisa por $1.662 millones.
Con esto, y tras el cierre del aumento de capital, la participación quedó compuesta por un 7,8% en manos de Selume, un 7,3% de Poduje, y un 7,2% de Guzmán, en conjunto con Dittborn. Además del 22,7% respectivo de Pérez. En total, suman alrededor de un 45% de la propiedad.
Un negocio en recuperación
La presencia de Indisa en la industria de la salud se concentra principalmente en dos clínicas —su sede emblemática en Providencia y la inaugurada en 2023 en Maipú—, además de un laboratorio clínico.
Actualmente, el negocio de la compañía mantiene una senda de recuperación en sus indicadores financieros, tras años complejos marcados por la pandemia y por la reciente necesidad de caja derivada de la compra, en enero, del 28% de Clínica Las Condes (CLC).
Justamente en este contexto, la firma decidió realizar un aumento de capital, proceso que esta semana finalizó con la suscripción total de las acciones colocadas.
“La pandemia golpeó a Indisa con fuerza, especialmente porque la clínica, por mandato del Gobierno de la época, estuvo dedicada 100% a prestaciones Covid-19, sin recibir del Estado las compensaciones que permitieran cubrir sus necesidades. Si a eso se agrega la compra, a comienzos del año en curso, de una participación relevante —pero no controladora— de CLC, los accionistas decidieron que era razonable incrementar el capital de la sociedad para enfrentar el desarrollo futuro con una estructura financiera sólida”, explicó Pérez.
Según su último análisis razonado, la estrategia hacia adelante es clara: “La administración ha enfocado sus esfuerzos en garantizar el crecimiento de la actividad en ambas clínicas, aumentar la ocupación, controlar costos y fortalecer los flujos de caja”.
En esa línea, el gerente general Martín Manterola —quien reemplazó en septiembre del año pasado al histórico Manuel Serra, tras 20 años en el cargo— ha registrado avances.
Por un lado, la consolidación de Clínica Maipú ha tenido una “evolución positiva, especialmente relevante durante este período”; mientras que, en materia de eficiencia, la compañía realizó una consultoría para implementar metodologías de gestión de proyectos y organización, y además ya recortó 70 puestos de trabajo, equivalentes al 2,3% de la planilla.
Al analizar sus cifras, también se observan los primeros brotes verdes. Al primer semestre, la facturación de la firma mostró un incremento del 11,7% respecto del mismo período de 2024; el Ebitda aumentó un 27,1%, alcanzando los $14.429 millones, y la utilidad más que se duplicó, al registrar $6.974 millones. 