La Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en el gran desafío del ámbito laboral. La industria legal no es la excepción; por el contrario, la IA ya es una herramienta usualmente utilizada en estudios de abogados, en mayor o menor medida. Y muchos coinciden en que pronto los reemplazará en las tareas rutinarias y manuales. En el panel organizado por Entre Códigos –en conjunto con estudios Recabarren y Asociados, García Nadal; y, la Facultad de Derecho de la Universidad Adolfo Ibáñez-, “IA en el ámbito legal, aplicaciones prácticas y desafíos regulatorios”, tres abogados analizaron el uso de la IA, enfatizando su contribución a las tareas diarias del trabajo que realizan: Marco Aravena, gerente legal senior de Mercado Pago; María Jesús Ibáñez, directora de Innovación y Tecnología de Philippi, Prietocarrizosa, Ferrero DU&Uría; e Ignacio Esnaola, socio y líder del Área Tributaria de EDN Abogados.
Sin excepción, los profesionales coincidieron en la importancia de aprender a convivir con la IA y que gracias a que pronto estas se harán cargo totalmente del trabajo manual, los abogados aportarán a su profesión con pensamiento crítico, que es donde efectivamente aportarán valor.
“Entender cómo se van desarrollando estas plataformas te entrega herramientas para compartir y ver los caminos que nos permitan utilizarlas de mejor manera”. Ignacio Esnaola, socio y líder del área tributaria de EDN Abogados
Algo que están logrando en Mercado Libre, puesto que –según explica Aravena- las fiscalías del grupo en la región están ocupando inteligencia artificial, básicamente, para todo lo que tiene que ver con el trabajo diario; dejando espacio para que los abogados estén “donde agregamos valor, es decir, aportando con pensamiento crítico”.
Para Ibáñez, “las posibilidades que ofrece la inteligencia artificial son absolutamente infinitas”, especialmente para la profesión legal. La experta, que viene trabajando con estas herramientas desde 2024, percibe la IA como una extensión de sí misma, utilizando versiones avanzadas de Copilot, que actúan como verdaderas asistentes que ejecutan sus instrucciones. Sin embargo, más recientemente descubrió modelos con lenguajes que “empezaban a tener una capacidad analítica o creativa muy propia del ejercicio de la abogacía”, con las que interactúa para ejecutar sus ideas.
Las fiscalías del grupo (Mercado Libre) en la región están ocupando la IA “básicamente para todo lo que tiene que ver con el trabajo diario; dejando espacio para que los abogados estén donde agregamos valor”. Marco Aravena, Gerente legal senior de Mercado Pago
Incluso reconoce que su uso ha permitido al estudio entregar un servicio “de un nivel superior al cual estábamos acostumbrados”.
A Esnaola le ha dado buenos resultados en el área tributaria, tras lo cual quiso llevar la IA a la academia, elaborando una primera versión de una aplicación denominada “Tax GPT”. A su juicio, “entender cómo se van desarrollando estas plataformas te entrega herramientas para compartir y ver los caminos que nos permitan utilizarlas de mejor manera”.
En este sentido, estima que el rol de los liderazgos en este proceso es hacer un llamado a “evitar prejuicios y dejar que las personas utilicen este tipo de herramientas y desarrollen sus ideas, avanzando en el análisis crítico”. No obstante, la tranquiliza el hecho de que el “factor humano”, en carreras humanistas como el Derecho, será difícil de reemplazar; lo mismo que la “confianza” que un humano puede generar en otro, que es muchas veces lo que hace que un cliente opte por un abogado en vez de otro.
“Las posibilidades que ofrece la inteligencia artificial son absolutamente infinitas” (...) su uso ha permitido entregar un servicio “de un nivel superior al cual estábamos acostumbrados”. María Jesús Ibáñez, Directora de Innovación y Tecnología de PPU
Los profesionales comparten que una barrera para que la IA sea más usada es el prejuicio. Y, en menor medida, el aspecto económico, que perderá relevancia en cuanto la tecnología vaya abaratando los costos de estas herramientas.
Respecto de las preocupaciones éticas, Aravena opina que el rápido avance de las tecnologías irá dejando obsoletas estas discusiones, por lo que las centraría solo en el terreno del trabajo y la honestidad; mientras que Ibáñez declaró “no ser fan de regular”; y, Esnaola no siendo “tan fan de regular”, cree que, en general, el mercado se va a autorregular.
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