Sin rodeos, el socio del estudio Barros y Errázuriz, Fernando Barros, describe el ambiente que se vivió durante las tres jornadas en que transcurrió el bullado Chile Day en Londres. La antesala, plantea, daba cuenta de un “antagonismo social propio de los años setenta”, contexto en el que “autoridades y comunidad empresarial en pleno se encontraron personalmente por primera vez en Londres”.
-¿Cómo evalúa el encuentro?
-Ha sido un encuentro muy relevante entre la comunidad empresarial y las autoridades de las áreas Hacienda y Economía, que vino a poner término a una guerrilla de declaraciones y desencuentros.
-¿En qué se diferenció este Chile Day de otros?
-En esta oportunidad, tanto en las reuniones de inversionistas y empresarios con las autoridades chilenas como las de estos últimos con la “City” de Londres, no se habló de lo bien que lo estaba haciendo Chile ni se alabó la gestión económica. En varias reuniones, de manera respetuosa pero enfática, la pregunta que se repetía fue “¿qué pasa en Chile?” y algunos reiteraban la pregunta de un ex ministro: “¿qué se han estado fumando?”. Lo positivo fue que el ministro Arenas, junto al ministro Céspedes y las autoridades presentes mostraron un cambio de discurso y de tono.
-¿En qué se tradujo ello?
-En un sincero reconocimiento de que la desaceleración que vivimos, al menos en parte, se explica por la vehemencia de la reforma tributaria y el ambiente que se creó, y la importancia de trabajar juntos haciendo del alto nivel de intercambio de ideas, confianza y buena comunicación que se dio en el Chile Day un estándar permanente.
-¿Cuánto ruido hizo la alusión de “nueva mediocridad” realizada por el FT?
-No se puede negar que persiste la inquietud por algunas reformas y su sesgo poco amistoso con la iniciativa privada, pero el que surgiera una suerte de compromiso de buscar consensos en las leyes y cambios que el gobierno quiere introducir generan mayor tranquilidad para tomar decisiones de inversión y contratación. Así, hay un antes y un después y los que estuvimos en el Chile Day salimos con mayor optimismo, reconociendo las autoridades el rol que cumple el sector privado en el desarrollo y, por su parte, el mundo empresarial sabiendo entender los cambios de nuestra sociedad y los nuevos estándares de exigencia que se nos imponen.