por v.moreno y c.mejías
Un caso emblemático en la industria. Así definen las demandas en contra de Unilever ante el TDLC por abuso de posición dominante en el mercado de los detergentes. Y no solo porque son cinco los requerimientos presentados en menos de un mes y porque en todos se solicita la aplicación de la mayor multa posible: 20 mil UTA, lo que suma más de US$100 millones.
En el sector advierten la relevancia por otras causas: se trata de un producto que tiene prácticamente 100% de penetración. Es decir, está presente en todos los hogares chilenos, forma parte de la canasta básica y representa, después de los lácteos, el producto de mayor gasto en los hogares.
Es en este escenario, donde se han dado, según algunos de los actores involucrados, desde 2004 la serie de conductas anticompetitivas que acusa la FNE, Canada Chemicals, Cleaner; ICPC y Ecotec. Y a éstas últimas podrían sumarse prontamente las demandas de Maritano y Ballerina, señalan en el sector. Y es que la industria además de estas prácticas fue golpeada por una guerra de precios entre Unilever y Procter & Gamble en 2011. En ese momento Ariel de P&G competía directamente con Drive de Unilever. Sin embargo, señalan en la industria, P&G habría decidido bajar de categoría a Ariel para hacerlo competir con OMO, lo que finalmente provocó una guerra de precios y dejó en desventaja a los actores más pequeños.
El dominio de Unilever
En el país, las ventas de detergentes sumaron US$ 435 millones durante 2011 y en el primer semestre de 2012 este monto alcanzó los
US$ 224 millones, según los datos proporcionados por la FNE en su requerimiento contra la compañía. Además, la industria de los detergentes es altamente concentrada. Unilever es el principal actor con una participación de mercado que fluctúa entre el 80% y 85% en el canal tradicional y entre un 68% y 72% en el canal supermercadista. El segundo actor es Procter & Gamble con un porción de entre 13% y 17% en el área tradicional y de entre 23% y 27% en el segmento de supermercados. El resto de los players fluctúa entre el 0% y 5% del mercado.
Las acusaciones
El 5 de abril pasado la FNE interpuso su requerimiento ante el TDLC en contra de Unilever. Esa fue la puerta que se abrió para que las empresas productoras y distribuidoras de detergentes más pequeñas comenzaran a presentar también sus descargos.
La FNE señala en su escrito que Unilever “abusando de su posición dominante, ha ejecutado una serie de prácticas exclusorias en el mercado de los detergentes para el lavado de la ropa, en el que participa con sus marcas OMO, Drive, Skip y Rinso, a través de la aplicación reiterada y sistemática de incentivos por exclusividad, descuentos condicionales retroactivos y otras restricciones asociadas al uso de espacios para la comercialización, tanto en el canal tradicional como en el supermercadistas, todos los cuales han tenido por objeto y efecto menoscabar la libre competencia”.
Doce días después, Canada Chemicals, presentó su demanda ante el TDLC. La firma, es representada, al igual que Ecotec, por el abogado Julio Pellegrini (del estudio Pellegrini & Urrutia), quien llevó el juicio contra la Compañía Chilena de Fósforos en 2010, y contra los embotelladores de Coca-Cola en 2011. En su escrito señala que “Unilever ha ejecutado, en forma permanente y reiterada, una serie de prácticas exclusorias en el mercado de la venta o provisión de detergentes para el lavado de ropa que infringen la libre competencia”, los que le han ocasionado graves perjuicios a ambas afirmas.
Luego, el 30 de abril fue Cleaner, creada por los empresarios Vicente Aresti López y Ramón Aresti Aravena, que comercializa la marca Biofrescura. La firma dice en su demanda que hay prácticas exclusorias en el canal tradicional que buscan “prácticamente anular a Cleaner y a los demás actores minoritarios”.
El abogado Rodrigo Cuchacovich del estudio Mackenna, Irarrázaval, Cuchacovich & Paz, representa a Cleaner y señala a
Diario Financiero
que “de continuar Unilever con sus prácticas exclusorias, es muy probable que el negocio de los demás productores nacionales de detergentes se haga inviable hasta desaparecer y el mercado quede entonces monopolizado por las dos multinacionales que lo dominan: Unilever y Procter & Gamble” y agrega que “las prácticas de Unilever no son aisladas, sino que han sido permanentes y reiteradas en el tiempo”.
La demanda adjunta mails que darían cuenta de los descuentos por exclusividad o compra exclusiva. Por ejemplo, un correo electrónico del 10 de junio de 2010 en el que Armando Jara, en ese entonces gerente general de Rabié, responde a Pedro Aresti Aravena, excusándose de distribuir sus detergentes por tener pactos de exclusividad que se lo impedían. “Lamentablemente para Biofrescura, mientras los acuerdos estén vigentes no existe ninguna posibilidad de incorporar los detergentes”, señala el mail.
La tercera en sumarse al proceso fue la Importadora y Comercializadora de Productos de Consumo (ICPC), que solicitó que la causa se acumule a la presentada por la FNE. Señala en su escrito que desde 2005 ha sufrido consecuencias nefastas del abuso de posición dominante de Unilever” y que, esto le ha impedido entrar en el “90% de los puntos de venta de detergentes”. Calcula que ha dejado de vender US$ 5,4 millones por año en el canal tradicional y al menos US$ 6 millones en supermercados.
Finalmente, hace tres días Ecotec también se sumó al proceso presentando su demanda. Esta firma produce las marcas propias de Walmart, SMU y Sodimac , entre otros. Acusa que debido a las prácticas anticompetitivas de Unilever sus ventas bajaron un 69,2% en sólo 4 meses y agrega que ha dejado de vender 18.093 toneladas en los últimos 3 años, debido a las conductas de Unilever y que en ese lapso los perjuicios ascienden a poco más de US$ 30 millones.