Por Juan Manuel Villagrán S.
Por estos días se ha escuchado más fuerte que nunca el nombre de Li3 Energy. La empresa que nació en 2009, y que está listada en la bolsa de EE.UU., es parte del consorcio que presentó la segunda mejor oferta en la licitación del litio, recientemente anulada. Esto último ocurrió porque, precisamente, Li3 impugnó la adjudicación de la firma SQM por incumplir las bases de la licitación, pues tenía litigios pendientes con el Estado de Chile.
El proceso truncado, una vez que había sido presentado como “un gran negocio para Chile”, significó la salida del subsecretario de Minería, Pablo Wagner, y le produjo un gran dolor de cabeza a La Moneda, que se sumaba a las críticas que ya existían en el proceso a causa del conflicto de interés del ministro de Minería, Hernán de Solminihac (que se inhabilitó) con su hermano, que es el vicepresidente de SQM.
El único proyecto que maneja Li3 en Chile está en el Salar de Maricunga, y han invertido más de US$ 20 millones en ese lugar con la idea de explotar litio y potasio. La firma -que tiene un 40% de accionistas chilesnos, y un 27% al mando de la coreana Posco- al parecer tendrá que conformarse con el potasio, y esperan tener un ebitda anual de US$ 55 millones, cifra que hubiese aumentado al doble con el litio.