La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, insistió ayer en su defensa del acuerdo de retiro de la Unión Europea que negoció por su país y que requiere de un respaldo del Parlamento que no está asegurado.

La autoridad dio un discurso ante la Confederación de la Industria Británica (CBI, su sigla en inglés) el principal gremio empresarial del país. “Tenemos un acuerdo que funcionará para el Reino Unido y, que nadie lo dude, estoy decidida a lograrlo”, manifestó. Agregó que “Europa siempre será nuestro mercado de bienes más próximo y asegurar que tengamos flujo libre en las fronteras es crucial”.
El ala más euroescéptica del Partido Conservador de May ha criticado la relación aún cercana que el pacto genera entre el país y el bloque e, incluso, ha iniciado trámites para gatillar una censura al gobierno de la premier.
Pero ayer ella insistió en que el pacto permitirá a Londres controlar sus fronteras, leyes y dinero. Y agregó que, a diferencia de lo que ocurriría sin un acuerdo, su propuesta asegura “trabajos y prosperidad”.
Sus palabras fueron secundadas por el jefe negociador por parte de Bruselas, Michael Barnier, quien aseguró que “tanto la UE como el Reino Unido tendrán control completo de su legislación y sus normas”.
El domingo, Barnier había abierto la puerta a extender el período de transición hasta 2022, pero Alemania cerró ayer esa posibilidad. El ministro de Asuntos Europeos Michael Roth dijo que “no se puede llegar a un acuerdo mejor”, mientras su par de Economía, Peter Altmaier descartó una nueva negociación.
Voto de no confianza
En el Parlamento de Westminster continúan activos los procedimientos para someter a la premier a un voto de censura, luego de la solicitud que presentó la semana pasada el conservador Jacob Rees-Mogg, líder del sector más afín a un Brexit “duro”.
Pero la iniciativa parece perder impulso y hasta ayer no se había alcanzado el número de solicitudes necesarias para activar la remoción de la premier. Y algunos parlamentarios han argumentado que es mejor esperar a que haya una votación sobre el acuerdo mismo y, tras ello, reevaluar la posición de May como líder del partido.
Se espera que el Parlamento británico someta oficialmente el pacto del Brexit a votación a inicios de diciembre y tanto algunos oficialistas como la oposición del Partido Laborista han anunciado que lo rechazarán. De ocurrir, May podría perder su poder.