Por Neil Buckley/Theodor Troev
, Londres/Sofía
Bulgaria se enfrenta a un gobierno provisional y a elecciones anticipadas luego de que la administración de centroderecha del primer ministro Boyko Borisov renunciara debido a protestas en todo el país, que se tornaron violentas.
La sorpresiva renuncia se produjo después de las manifestaciones más multitudinarias desde el colapso del comunismo hace dos décadas en el miembro más pobre de la Unión Europea (UE). Los enfrentamientos con la policía en la capital, Sofía, el martes en la noche dejaron a catorce personas heridas mientras los manifestantes tiraban piedras y rompían ventanas. El aumento de la violencia aparentemente provocó la decisión de Borisov.
El ex premier había insistido en que seguiría en el poder hasta las elecciones del 7 de julio. Bulgaria es el último país europeo en ver a su gobierno derrocado por una reacción violenta en contra de la austeridad.
A diferencia de sus vecinos, como Grecia, Rumania y Serbia, sin embargo, no ha sido obligado por las condiciones de un rescate internacional a llevar a cabo un doloroso ajuste fiscal. Las protestas en el país fueron desencadenadas por el estancamiento del crecimiento y los salarios, los más bajos de la Unión Europea, erosionados por las crecientes cuentas de calefacción que generaron demostraciones que pedían que las empresas eléctricas fueran renacionalizadas, además de la renuncia del gobierno.
La salida del gabinete de Borisov, que se confirmaría hoy por el Parlamento, hundió al país de 7 millones de personas en meses de incertidumbre. Con los principales partidos políticos indicando que no formaran un nuevo gobierno, es probable que el presidente Rosen Plevneliev nombre un gobierno provisional tecnocrático y adelante las elecciones parlamentarias del mes de julio a abril o mayo.