La racha alcista de la bolsa: ¿amenazada por señales de euforia?
Con once meses de alzas consecutivas en el S&P 500, ya hay señales de que se acerca un revés para el mercado bursátil.
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Nueva York
Se dice que la euforia es la etapa terminal de los mercados alcistas envejecidos. Pese a que hay pocas señales de un entusiasmo incondicional, los inversionistas finalmente perdieron parte de su escepticismo post-crisis, generando dudas sobre cuánto más pueden seguir los mercados rompiendo récords.
El presidente Donald Trump ha estado feliz de presumir los retornos de casi 16% del S&P 500 este año. De hecho, la versión de retorno total del índice bursátil de referencia de EEUU ha disfrutado de once meses positivos consecutivos, destrozando el último récord en 1995, y pocos apostarían en contra de que la bolsa de EEUU logre una racha de doce meses de ganancias.
Pero el rally de 2017 es un fenómeno global, con Europa, Japón y el mundo en desarrollo también acumulando una serie de sólidas y largas rachas, impulsadas por la evidencia de un crecimiento económico global sincronizado y uno que atrae influjos importantes.
El índice Nikkei 225 de Japón ha subido 9% en 2017 a un máximo de 21 años la semana pasada; los mercados emergentes han aumentado casi 25% a un máximo en cerca de seis años; y los mercados bursátiles europeos han casi recuperado las pérdidas que sufrieron desde mayo. El índice FTSE All-World ha avanzado 17% en 2017 a un nuevo máximo récord la semana pasada.
“Es un ambiente bursátil extraordinario”, dijo Jeffrey Knight, director global de soluciones de inversión de Columbia Threadneedle. “En algún punto se agotará a sí mismo, pero no veo señales de eso en este momento”, agregó.
Pese a un parloteo renovado sobre los recortes de impuestos de EEUU, el principal motor de los retornos inesperadamente positivos de las bolsas globales es el crecimiento extraordinariamente amplio en todo el mundo, ganancias corporativas reforzadas y espíritus animales estimulantes en casi todos lados. Esto se produce mientras los rendimientos de los bonos soberanos se mantienen bajos y una serie de bancos centrales siguen comprando bonos, ayudando a suprimir la volatilidad del mercado.
Analistas del Bank of America Merrill Lynch destacan que la variabilidad del crecimiento económico en 45 grandes economías está a su menor nivel en al menos medio siglo, convirtiendo una “cacofonía a muchas velocidades” en una “sinfonía perfecta”.
Y mientras pocos países están disfrutando de un boom, el Fondo Monetario Internacional estimó la semana pasada que la economía global está disfrutando colectivamente de su crecimiento más acelerado desde la recuperación post-crisis en 2010, y elevó su pronóstico para 2017-2018.
“Esto no es un rebote desde una desaceleración brusca, esta es una aceleración desde las tasas de crecimiento bastante poco entusiastas de los años recientes, así es que es una muy buena noticia”, dijo Maurice Obstfeld, el economista jefe del FMI, al FT la semana pasada.
Señales de tormenta
Sin embargo, esta confianza en cieren podría indicar que la larga recuperación bursátil post-crisis se está preparando para un revés. Hay un número creciente de señales de fin de ciclo en la composición del rally bursátil global post-verano (boreal) que indican que los inversionistas se están volviendo más optimistas, quizás incluso eufóricos.
“Esto es lo que más me preocupa”, afirmó Omar Aguilar, director de inversiones de Charles Schwab Investment Management. “Creo que estamos en el comienzo del fin del ciclo ahora”, agregó.
En una nota titulada “El rally perpetuo”, analistas de Morgan Stanley destacan cómo las acciones de empresas más pequeñas e industrias cíclicas han tenido desempeños mejores a lo esperado en el último tiempo, mientras que las correlaciones de acciones siguen cayendo, todas señales típicas de un positivismo incipiente y un mercado alcista entrando en sus años finales.
“Pese a que en algunos momentos los inversionistas han parecido estar reacios a aceptar el rally reciente, hay evidencia del mes pasado de que los apetitos por riesgo están aumentando”, escribieron los analistas.
Sin embargo, otra evidencia apunta a que los administradores de inversiones siguen nerviosos por el rally. Una encuesta de administradores de fondos responsables de invertir US$ 549 mil millones de activos realizada por Bank of America Merrill Lynch en septiembre mostró que quienes respondieron mantenían su mayor subponderación en acciones estadounidenses desde 2007, mientras que sus tenencias de efectivo estaban por debajo del promedio de la última década. Al mismo tiempo, la encuesta mostró que las tenencias de bonos se mantenían altas, con los administradores recortando su exposición a renta fija en su nivel más bajo en casi un año.
Las bajas tasas empañan el panorama para quienes argumentan que las acciones hoy son flagrantemente caras o, por otro lado, aún razonablemente avaluadas. El S&P 500 actualmente se transa en un múltiplo del ratio de precio a flujo de caja libre, excluyendo las empresas financieras que desvían esta medición, de 24 veces, o el más alto en esa base desde 2006. Algunos inversionistas, como Warren Buffett, han señalado que los avalúos de hoy comparados con el pasado deben ser sopesados contra las tasas de interés en ese momento. En 2006, el rendimiento de los bonos del Tesoro a diez años estaba en más de 5%, en comparación con poco más de 2% hoy.
Dada la probablilidad de que los bancos centrales endurezcan la política monetaria el próximo año -la Reserva Federal planea tanto aumentar las tasas como rebajar persistentemente su hoja de balances, mientras se espera que el Banco Central Europeo reduzca su programa de alivio cuantitativo en 2018- los mercados bursátiles podrían perder una fuente importante de apoyo en la forma de bajos rendimientos de bonos.
Mucho dependerá de que la economía global mantenga su actual goteo de crecimiento sincronizado. Si los aspectos centrales siguen respaldando el crecimiento, los inversionistas tendrán más facilidad para superar la política monetaria más dura y un aumento en el rendimiento de los bonos de largo plazo.