La isla del Tesoro

Es tal la magnitud de evidencias sobre el pasado que los científicos llaman a la isla Madre de Dios “la isla misteriosa”, porque revela un secreto tras otro.

Por: | Publicado: Sábado 2 de julio de 2011 a las 05:00 hrs.
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CRISTIÁN RIVAS NEIRA


A primera vista, resulta difícil creer que tres islas escondidas entre los tantos archipiélagos de la Región de Magallanes estén casi íntegramente compuestas de caliza, un mineral que se forma a partir del carbonato de calcio proveniente de grandes arrecifes de coral. Claro, uno tiene en la retina la idea de que los bancos de coral están ubicados en aguas cálidas y no en ambientes subpolares como en este caso. Lo que ciertamente es así. Por eso es que desde hace casi diez años un grupo multidisciplinario de investigadores viene realizando expediciones y estudios a estas islas, para determinar por qué están allí e investigar un poco su formación y con ello parte de la historia del planeta.

La descripción corresponde al archipiélago Madre de Dios -ubicado unos 500 kilómetros al norte de Punta Arenas-, en donde coexisten tres islas, la principal con el mismo nombre y otras dos: Tarlton y Guarello, que están formadas casi íntegramente de caliza. La última de ellas es explotada desde hace más de 50 años por la empresa CAP, que usa este insumo para su producción de acero, por lo que mantiene un campamento en el que trabajan poco más de 50 trabajadores, en su mayoría provenientes de la Octava Región, donde la firma tiene sus principales instalaciones siderúrgicas (y desde donde el viaje en barco tarda nada menos que 72 horas).

Hablamos de un territorio agreste y donde casi no hay asentamientos humanos. Llueve casi todos los días del año, con una precipitación promedio de 8.000 milímetros y vientos que fácilmente pueden llegar a los 200 kilómetros. Eso sin contar que por la formación de caliza, el terreno es escarpado y saturado de cavernas, sobre las que muchas veces ni siquiera se conoce su profundidad. Por eso, casi nadie se mueve fuera del campamento, interconectado por distintos pabellones con todos los servicios necesarios para vivir adecuadamente.

Parte la investigación


Fue al propio presidente del grupo, Roberto de Andraca, que acudió a comienzos de la década pasada un grupo de científicos de la asociación francesa Centre Terre, en busca de ayuda para materializar expediciones a ese territorio. El presidente de la oficina en Chile, Marcelo Agüero, cuenta que su apoyo fue inmediato y que su espíritu por conocer la historia escondida del lugar incluso lo llevó a organizar años más tarde una reunión de directorio en el campamento.

La compañía facilitó el uso de las instalaciones y transporte a través de su barcos, lo que repercutió favorablemente en el desarrollo de varias expediciones. En el verano de 2010 se concretó el último de estos viajes, que habitualmente han sido por dos meses, en grupos de 40 o más integrantes de distintas disciplinas, entre botánicos, antropólogos, arquéologos, geólogos, glaciólogos y una larga lista de otras especialidades.

La lista de lo que se ha descubierto en estos años es gigante. Partiendo por “la cueva de la ballena”, una cueva con una entrada de más de 40 metros de altura y una profundidad que supera los 150 metros, que en su interior contiene una serie de fósiles de ballenas, delfines, y lobos marinos, cuyos estudios sitúan su formación hace más de 3 mil años a raíz de un mega tsunami.

También se han encontrado sepulturas de la etnia kawésqar, que es el único de los pueblos originarios que aún tiene integrantes con vida (11) y sobre los que se comenzó a trabajar para mantener parte de su identidad y lenguaje. En algunas cavernas incluso se han encontrado antiguos dibujos de esta cultura.



Evidencias científicas


En el plano netamente científico lo avanzado también es destacable. Aguero cuenta que hasta hace cinco años atrás se pensaba que era imposible que existiera vida al interior de estas cavernas y sin embargo se han encontrado indicios de asentamientos de diversos microrganismos y artrópodos, entre otros.

Dice que en las últimas expediciones también se extrajeron estalacmitas (depósitos minerales formados en el suelo), cuya formación muy similar a los anillos de un árbol les ha permitido hacer un registro de cómo era la temperatura y la composición atmosférica en un horizonte de 500 mil años años hacia atrás. Por eso, parte de lo que se descubra podría por ejemplo dar alguna luz de cómo fue la composición de los continentes en el pasado. De hecho, Centre Terre está preparando una expedición que harán en 2013 a Papúa Nueva Guinea, pues los científicos descubrieron cierta correspondencia geológica entre esa isla y las del archipiélago Madre de Dios, lo que arrojaría evidencias respecto a si en el pasado esas zonas estuvieron unidas.

Los científicos visitarán nuevamente la zona a fin es de este año para recoger algunos instrumentos de medición dejados a propósito de investigaciones sobre cambio climático.

Las instalaciones de CAP

El gerente de asuntos corporativos de CAP, Ernesto Escobar, cuenta que a través de la filial Imopac, operan la mina de caliza en la isla Guarello, que utilizan como fundente en la elaboración del acero. En 2010 extrayeron medio millón de toneladas, las que fueron transportadas en barco hasta la planta Huachipato en San Vicente, Octava Región.
Los trabajadores cuentan en la isla con todas las comodidades necesarias para hacer más confortable su estadía. Entre ellas,  comedores, dormitorios y salas de entretención: gimnasio, salas de máquinas, pool, sauna, biblioteca, teléfonos satelitales, internet y televisión satelital. Todos estos elementos fueron puestos a disposición de las expediciones científicas que han visitado el lugar.

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