El rebrote de la crisis de la deuda en la zona euro, esta vez en Italia, vuelve a provocar una salida de dinero de los activos de riesgo y de ahí, el descenso del euro, que si en la apertura bajaba hasta los US$ 1,4202, al cierre en Frankfurt cayó hasta los US$ 1,4000 por cada euro.
Y es que ni las palabras de la canciller alemana, Angela Merkel, que se ha pronunciado sobre la crisis que azota a los países periféricos, han servido para calmar a los mercados.
Merkel dijo que que Alemana y Europa harán todo lo necesario para defender al euro, que Grecia necesita un mecanismo de rescate rápidamente e Italia debe emitir una señal urgente de reforma presupuestaria.
Los inversionistas no encuentran el bálsamo en estas palabras y se mueven con nerviosismo ante cualquier novedad que proceda de la crisis de la deuda de la eurozona. Si hace dos semanas reinaba el optimismo en los mercados y el euro remontaba posiciones, esta vez han dominado las caídas antes los nuevos problemas surgidos en Portugal o Italia.
Con este escenario, y a la espera que lo que pueda deparar la reunión de los líderes europeos que hablarán sobre el rescate de Grecia, el dinero no deja de salir de la divisa comunitaria.