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Columnistas

AC/DC ¿Asamblea Constituyente o Distracción Constante?

Tomás Sánchez

Por: Equipo DF

Publicado: Miércoles 22 de abril de 2015 a las 04:00 hrs.

Cuando a la ciudadanía le preguntamos cuales son los tres temas a los cuales el gobierno debería dedicar sus esfuerzos, sólo 3% responde entre ellos a la Reforma Constitucional, según datos de la encuesta CEP de noviembre pasado. Sin embargo, entre 45% y 50% está de acuerdo que los problemas prioritarios son: educación, seguridad y salud. Los comentarios sobran sobre lo que Chile necesita.


La actual crisis política no está fundada en nuestra constitución, ni se solucionará con una Asamblea Constituyente. La crisis actual es una de falta de confianza y credibilidad. Como sociedad vivimos un cambio de paradigma cuando la tecnología y comunicaciones permitieron un nivel de transparencia tal, que hoy todos son capaces de ver como nuestros representantes no hacen la pega. Como los elegimos para resolver los problemas importantes, pero dedican a sostener una discusión en torno a cómo hacer legal (ya que hoy no lo es), una Asamblea Constituyente. Dicho de otra forma: propuestas como esta son justamente las que destruyen la credibilidad de la clase política, mientras el país espera soluciones concretas a otros temas.


La Asamblea Constituyente es un falsa promesa y casi un llamado populista a resolver problemáticas de las cuales no se hará cargo, pero que si podrá tapar al menos mediáticamente. Así, al mismo tiempo que se despacha un proyecto de reforma laboral con urgencia, se plantea un nuevo impuesto para financiar la educación (después de aprobar una reforma para lo mismo) o aparecen nueva boletas falsas, nuevamente se levantan banderas de la AC despistando a la ciudadanía y cambiando el eje de la discusión. Mientras tanto, aún no se resuelve el como se logra educación pública de calidad sin selección, cómo frenar la puerta giratoria en la justicia, el diseño para administrar hospitales eficientemente o la solución para activar el mercado laboral en vez de estancarlo.


La actual Constitución ha sido reformada en más de una ocasión y si queremos seguir perfeccionándola, hagámoslo. Incluso, ojalá algún día veamos una nueva carta fundamental de la mano de un parlamento más legitimado y en un ambiente de diálogo que hoy no existe. Pero hoy, dada la situación de país, por favor no desperdiciemos tiempo y recursos valiosos cuando hay una innumerable lista de asuntos prioritarios esperando. Para superar esta crisis y ganarse nuevamente la confianza del pueblo, la receta es simple: ocuparse de lo importante y de aquello que afecta directamente la calidad de vida de las personas.

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