El acceso al crédito es una de las bases del desarrollo de la sociedad. Sobre todo cuando hablamos de familias de bajos ingresos y de empresas pequeñas, que no percibirían un Chile pujante y moderno sin acceso al crédito.
En materia de regulación, vemos una tendencia a la creación de medidas que parecen atractivas para la protección a los usuarios del crédito y de servicios financieros, pero que provocan el efecto contrario.
Entre ellas se ha promovido la eliminación de información para la administración de riesgos de crédito (el llamado “borronazo”), nulo avance en iniciativas que buscan conocer la deuda consolidada de deudores, los poderes nuevos del Sernac financiero, la falta de instrumentos que bajan los costos derivados del riesgo y administración como el descuento por planilla que continúa siendo aplicado en su máxima extensión sólo por un tipo de instituciones financieras afectando la competitividad para un importante número de instituciones financieras.
El nuevo proyecto de Tasa Máxima Convencional es un ejemplo. Variados cálculos -incluidos los del Banco Central- indican que con su promulgación quedaría fuera del mercado financiero cerca de un millón de ciudadanos. De hecho, he constatado que sólo los bancos dejaron de prestar unos US$ 500 millones el año 2012 a deudores y empresas pequeñas, por regulaciones que se están impulsando.
La Asociación de Cooperativas de Ahorro y Crédito, institución que agrupa a las más relevantes del mercado, se ha dirigido primero a evaluar y estudiar el entorno regulatorio, constatando situaciones como las descritas, junto con sugerir cómo podría mejorarse en función de una mayor inclusión de la población.
Las cooperativas que integran la asociación permiten el acceso al crédito y otros servicios a cerca de 1.100.000 personas. Sus consumidores tienen ingresos menores a $ 600.000, es decir, el 60% de la fuerza de trabajo del país; un segmento mayoritario y representativo de la sociedad que vería limitada sus posibilidades de crecimiento y desarrollo si se sigue el mismo curso regulatorio.
En esa línea, como entidad gremial ha puesto el énfasis en que los modelos de regulación desde fines de los años 90 en Chile y el mundo, no son iguales para las diversas instituciones que operan en el sector financiero, lo que hace disímil la competencia.