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Columnistas

Atletas del despiste

Mario Mora

Por: Equipo DF

Publicado: Martes 2 de junio de 2015 a las 04:00 hrs.

Cuando observo el espectáculo que nos dan connotados miembros de la elite política –de todos los sectores, pero últimamente bastante más ligados a la actual administración- no me deja de impresionar la abismante diferencia entre el mundo de la política y los políticos, y el mundo de las empresas y los gerentes.


El performance de los gerentes es fácilmente medible en relación al alcance de metas concretas: ventas, utilidades, rentabilidad, precio de la acción, participación de mercado e incluso nivel de clima organizacional. Si se considera insatisfactorio, se les dará feedback y obviamente definirán con su superior un plan de mejora. Si claramente no hay progreso se les saca de su posición. Nadie se sorprende. Las competencias blandas que tenga, claves para la buena gestión, pueden extenderle la vida algo más pero, si no logra los objetivos críticos, no se salvará.


En política, las cosas no pueden ser más diferentes. Los políticos en cargos de elección popular, de chincol a jote, deben ganar elecciones, meta absolutamente objetiva que nadie discute. Pero una vez lograda se requieren más que Exocets para tumbarlos; para nada sirven encuestas, índices de popularidad, el feedback de la calle, evidencias concretas o las investigaciones del Ministerio Público. Las reacciones de los políticos los muestran como verdaderos "atletas" de algunas competencias blandas. La más notable: una inmensa resiliencia que les permite transitar con la frente en alto y sonrientes, incluso con ironía, mientras enfrentan la adversidad. "No me presto para este circo"; "Tengo la conciencia limpia, a diferencia de Pepito o Juanito"; "No pretendo hacerle el juego a los que están detrás de esto" (me cuesta imaginar a un gerente general diciéndole eso al directorio que revisa el logro de sus metas). Todo esto, siempre complementado con comidas de desagravio que refuerzan la actitud siempre winner del cuestionado, aunque ya vaya camino al cadalso.


Los políticos en roles de operadores, dirigentes y asesores, distintos a los "elegidos", tienen una dinámica diferente al enfrentar un campo de juego más estrecho y depender de padrinos poderosos que les proveen redes y un colchón de seguridad. Estos políticos, igual de resilientes, generalmente saltan como fusibles apenas caen en desgracia o se debilita el padrino de turno. Es verdad que políticos y empresarios son necesarios en una sociedad moderna y democrática. También es cierto que en todas partes se cuecen habas. Pero igual no deja de llamarme la atención la larga vida útil que poseen estos Atletas del Despiste.

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