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DF Conexión a China | ¿Fin de la época dorada?

Gonzalo Matamala O. Gerente Asia & China Giddings Fruit, desde Shanghái

Por: Gonzalo Matamala O. | Publicado: Martes 8 de noviembre de 2022 a las 04:00 hrs.
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Gonzalo Matamala O.

El desarrollo económico y social experimentado por China a lo largo de los últimos 20 años -y más- ha sido sobresaliente y ampliamente estudiado. Se ha transformado en la segunda economía del planeta y contribuido al crecimiento global en más de 15% en la ultima década. Esto, principalmente debido a la enorme capacidad productiva/exportadora, pero también gracias a una potente demanda global por productos y materias primas. A nivel social, 750 millones de chinos han salido de la pobreza, transformándose en una gran clase media de más de 950 millones de personas.

Pese a todos estos progresos, hoy nos encontramos pasmados por la situación por la que atraviesa el país, donde pareciera haberse dejado atrás aquel país cosmopolita, dinámico, vibrante y lleno de oportunidades, que nos dejaba boquiabiertos.

“Existe un profundo desaliento e incertidumbre por el futuro del gigante asiático, pero China seguirá siendo un país demasiado grande para ignorarlo e importante para olvidarlo”.

Las medidas implementadas tras los inicios de la pandemia, el alejamiento de occidente, a través de un control de fronteras estricto y potente desaceleración económica –estimada bajo un 3,4% para el presente año y quizás menor para los que vengan- han generado en empresas y ejecutivos un profundo desaliento e incertidumbre en el futuro del gigante asiático.

¿Es el fin de la época dorada?

No. China seguirá siendo un país demasiado grande para ignorarlo e importante para olvidarlo. Es necesario para el desarrollo de Chile, debido a la dependencia en numerosas industrias de nuestro país, las cuales debiésemos balancear para enfrentar de mejor forma el turbulento escenario económico internacional.

Para este proceso, debemos superar el amateurismo con el cual hemos venido manejando nuestras relaciones bilaterales, retomar el pragmatismo y cercanía que siempre hemos predicado, incluso en aquellos años donde teníamos diferencias ideológicas antagónicas. Una mejora en las relaciones políticas permitirá a las empresas y ejecutivos retomar el exitoso camino que habíamos iniciado, siendo pioneros en nuestra relación con China.

El disminuido contingente empresarial chileno en China ha comenzado a reestructurar sus operaciones locales, abordando las oportunidades que continúan existiendo, bajo un escenario de menor crecimiento, mayores costos y demanda local alicaída, reconfigurando sus oficinas de cara a mercados comerciales aledaños, cuyos solidos fundamentos económicos, les permitirían recuperar los espacios de crecimiento perdidos.

No es el fin de la época dorada, pero el éxito dependerá de qué tan bien nos adaptemos a una China más dependiente de sí misma, y de una mejora en la relación política que nos vuelva a pavimentar el camino.

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