Homofobia y trabajo: los desafíos de la inclusión
Luis Larraín Stieb, Presidente de Fundación Iguales
Hoy, escuchar o presenciar una expresión de odio hacia las personas de la comunidad LGBTI no sólo es anacrónico. También es castigada social y culturalmente, y un creciente número de países han trabajado en leyes que las sancionan con severidad. Hace 25 años, la homosexualidad fue eliminada del registro de enfermedades mentales de la OMS. Este hito, que se conmemora este domingo, marcó un punto de inflexión en la lucha contra la homofobia y un avance en el respeto de todas las personas, sin distinciones por su orientación sexual. A pesar de este progreso, todavía quedan reductos donde la homofobia persiste: uno de ellos es el laboral.
En los espacios de trabajo sigue existiendo una falta de garantías para trabajadores/as, quienes temen ver comprometidos sus empleos actuales, sus posibilidades laborales y su crecimiento profesional si su orientación sexual es públicamente conocida. Esto impacta, incluso, a sus familiares, quienes prefieren ocultar su parentesco para sortear problemas con sus empleadores.
La protección de la diversidad es relevante para las empresas. Un ambiente inclusivo genera mayor productividad y retención de talentos, según El libro blanco sobre la gestión de la diversidad de las empresas españolas, de la IESE Business School. Esto último lo han entendido algunas organizaciones pioneras en Chile, reunidas en el programa +Diversidad de Acción. Todas ellas han adoptado, al contexto nacional, las recomendaciones internacionales para prevenir y erradicar los casos de acoso e intimidación contra la diversidad sexual.
Para que esta práctica se convierta en una regla basal del juego de las industrias, el rol del Estado es urgente. La entrada en vigencia de la Unión Civil y la discusión del proyecto de ley de Identidad de Género abren nuevos desafíos: ¿Cómo serán protegidos los derechos laborales de las personas que se unan civilmente y que, por tanto, vean modificado su estado civil? ¿Qué pasará con quienes cambien su sexo en sus documentos de identificación? ¿De qué manera se fiscalizará la existencia de garantías de convivencia y respeto para gays, lesbianas y trans dentro de sus espacios laborales? En estas tareas, las organizaciones de la sociedad civil tenemos mucho que decir, por medio de capacitaciones y programas de formación transversales para directivos y trabajadores. Desde esta asociación virtuosa, el Estado y las empresas podrán cumplir con su deber social para conseguir la plena inclusión de la diversidad sexual en la sociedad chilena.