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Columnistas

La posición de Chile frente al cambio climático

Aldo Cerda

Por: Equipo DF

Publicado: Miércoles 22 de abril de 2015 a las 04:00 hrs.

Chile es un país altamente vulnerable a los efectos del cambio climático, tal como ha quedado demostrado con las prolongadas sequías en la zona Centro-Sur, inundaciones en el Norte e incendios forestales catastróficos. Tal como en otras zonas mediterráneas, dichas manifestaciones impactarán negativamente al potencial silvo-alimentario del país –de la misma forma que ocurre en California, Australia, Sudáfrica y la Península Ibérica-.


Los impactos económicos son cuantiosos: hace un par de años, un estudio de Galetovic y Muñoz cifraba en US$ 4 mil millones el valor presente de los costos incrementales de la aplicación de la ley que promueve las ERNC. Sin embargo, por el lado de los beneficios perdidos, tan sólo en esta temporada los costos de la variabilidad climática en la forma de aluviones, sequías e incendios forestales en nuestro país superarán a dicho costo.


Sólo por las razones anteriores, Chile debería tener una voz potente en el debate internacional de regulación del cambio climático, ya que es del mayor interés del propio país contribuir a liderar las iniciativas que busquen mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero. Ciertos analistas tienen un punto de vista diferente y recomiendan una estrategia de "resignación", ya que aún cuando Chile llevara a cero sus emisiones, a nivel agregado el impacto sería insignificante, lo que haría irrelevante su esfuerzo. Sin embargo, la estrategia país debiera ser un poco más sofisticada en este ámbito.


Por una parte, estos especialistas tienden a concentrarse sólo en consideraciones de eficiencia –e.g. minimización del costo de cumplir un acuerdo internacional-, y olvidan que el origen de la sustentabilidad se ancla también en consideraciones de equidad. Difícilmente podríamos encontrar a un jefe de Estado más empoderado en este ámbito que la Presidenta Michelle Bachelet para liderar la posición país y empujar las negociaciones en la dirección del mejor interés de Chile.


Asimismo, nuestro país puede ser agresivo en sus metas de reducción, pero condicionando sus metas a las de quienes son los principales responsables de dichas emisiones. Sólo si hay una desviación significativa del escenario business as usual de Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá, China, de la carbonífera Australia, México, Brasil –donde el aumento de la deforestación del Amazonas lo ha vuelto a poner en el banquillo de los "acusados"-, de Japón y Sudáfrica, entonces Chile puede ser agresivo en sus propias metas de mitigación.

Pero no perdamos la oportunidad de que la Presidenta ocupe su prestigio internacional y lidere el tema desde la vereda de la equidad y la responsabilidad del mundo desarrollado para con nosotros. Es uno de esos raros casos donde las convicciones y las conveniencias navegan en la misma dirección.

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