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Peligros en el proyecto de cuotas ERNC

Alejandro Ramírez Subgerente comercial Ecom Energía

Por: Alejandro Ramírez | Publicado: Martes 29 de noviembre de 2022 a las 04:00 hrs.
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Alejandro Ramírez

El proyecto de ley presentado por el Gobierno de Sebastián Piñera para impulsar la participación de energías renovables ya fue puesto en urgencia para la tramitación legislativa por parte de la actual administración, buscando aumentar la penetración de energías renovables a la matriz eléctrica nacional.

Si bien este proyecto en el papel puede parecer atractivo para acelerar la transición energética en el país -aumentando las cuotas de generación ERNC exigidas por la ley de 20% al 2025 a un 40% al 2030-, en la práctica podría generar efectos negativos en varios actores del mercado, particularmente en el cliente final.

“Es hora de avanzar en incentivos que busquen atraer inversión en nuevas centrales de generación renovable y almacenamiento, y no generar proyectos que solo pagan más a aquellas empresas que ya están instaladas, a expensas de los usuarios finales”.

Partamos con los incentivos. ¿Son necesarios para la generación fotovoltaica y eólica si actualmente son económicamente las tecnologías más competitivas en el sector? Sin duda los necesitaban al momento de las leyes ERNC I y II, pero hoy en día no es tan evidente. Tanto es así, que más del 98% de los proyectos en construcción son renovables.

Además, teniendo en cuenta lo ocurrido en octubre de este año con la eliminación de dos coordinados propietarios de centrales ERNC del balance de corto plazo, y los resultados en la última licitación de suministro llevada a cabo por la CNE, da la impresión de que es más urgente avanzar en medidas más eficientes que permitan entregar más certezas a los generadores renovables, de forma que los ingresos proyectados por los mismos tengan mayor probabilidad de lograrse. Medidas que resuelvan los cuellos de botella reales que tienen estas tecnologías para aumentar su participación en el sistema.

A pesar de lo difuso que resultan los beneficios de este proyecto de ley, lo más preocupante son los efectos negativos que podrían generarse en las tarifas de clientes regulados y libres.

Para empezar, porque estas nuevas disposiciones se aplicarían a todos los contratos de suministro firmados a partir del 1 de enero de 2022, pudiendo los generadores, en algunos casos, traspasar eventuales sobrecostos por cumplimiento de esta nueva ley, provocando aumentos en las cuentas eléctricas de aquellos contratos firmados después de dicha fecha.

Pero lo más alarmante radica en el cumplimiento de penetración ERNC en bloques horarios nocturnos, que en la práctica son muy complejos de cumplir, traspasando esta incertidumbre a los contratos de suministro, afectando directamente a los clientes finales y eventuales generadores renovables con contratos regulados que deban soportar estos sobrecostos, aumentando el riesgo de tener en el futuro otros generadores con insolvencias.

En definitiva, si el objetivo del proyecto de ley es impulsar las energías renovables, ¿no es mejor potenciar un mercado de contratos atractivo para expandir la oferta de estas tecnologías? Si el Talón de Aquiles para las ERNC han sido los desacoples y las congestiones, ¿por qué el proyecto no se preocupa del problema?

Es tiempo de avanzar en los incentivos correctos cuyo objetivo sea atraer inversión en nuevas centrales de generación renovable y almacenamiento, y no generar proyectos que solo pagan más a aquellas empresas que ya están instaladas a expensas de los usuarios finales, sin ninguna contraprestación efectiva.

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