Dinamizar la gestión comercial y el entorno urbano de 60 barrios comerciales en todo el país es el objetivo de una iniciativa que, por primera vez en Chile, se ocupará del fortalecimiento de estos espacios, que juegan un rol económico y social relevante en nuestras ciudades. Y es que los barrios comerciales -aquellos que concentran los pequeños negocios tradicionales donde nos abastecemos de productos o servicios muchas veces únicos, donde nos atiende el propio dueño de manera personalizada- han debido enfrentar la dura competencia de los hipermercados y grandes centros comerciales. Nivelar la cancha en favor de este enorme número de micro y pequeñas empresas es clave para un desarrollo equilibrado del comercio.
El Programa de Fortalecimiento de Barrios Comerciales que ejecuta Sercotec, en una iniciativa conjunta de los ministerios de Economía y de Vivienda y Urbanismo, busca dotar a los barrios de una estrategia de colaboración y desarrollo colectivo que les permita abordar necesidades comunes y la competencia de la venta en masa de los malls y grandes superficies. Esto, con el objeto de dinamizar su economía, poner en valor la identidad cultural del barrio y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Para lograrlo, se contempla una primera etapa de activación, que recién comienza, en la cual los barrios realizarán actividades de dinamización comercial y promoción. Además, elaborarán participativamente un plan de acciones comerciales y urbanas prioritarias para alcanzar el “sueño del barrio” que entre todos sus integrantes definan.
La segunda fase considera la ejecución de las actividades e inversiones planificadas en el ámbito de la asociatividad y el mejoramiento de la oferta comercial y del espacio público.
Un papel importante cumplirán en este desafío los nuevos gestores de barrio, encargados especialmente de facilitar la creación de confianzas y la colaboración entre los distintos actores públicos y privados. Se trata, ciertamente, de una oportunidad para que los pequeños empresarios, locatarios y vecinos se reúnan para alcanzar propósitos comunes.
Así se desprende de casos como los de Inglaterra, Estados Unidos, Canadá y España, donde se han impulsado exitosos esfuerzos público-privados para fortalecer estas áreas de pequeño comercio, sacando provecho de sus principales ventajas competitivas: cercanía con los clientes, calidad de la atención, especialización en productos o servicios, una experiencia de compra a “escala humana” que, bien provista, se vuelve cada día más apreciada, favoreciendo el desarrollo local.