TV a la altura de la tecnología
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La sala del Senado despachó finalmente el Proyecto de Ley que establece un nuevo marco regulatorio para la televisión chilena en lo que es la TV Digital. Existía incertidumbre sobre si podríamos resolver algunos temas técnicos pero, sobre todo, si seríamos capaces de lidiar con una cantidad de legítimos y contradictorios intereses.
Sin embargo, cumplimos y resolvimos democráticamente nuestras diferencias, dando curso a un proyecto de ley, indispensable para que el principal medio de comunicación masivo en Chile esté a la altura de los cambios tecnológicos. Este no ha sido un mero ajuste ni legislar en forma aséptica, porque respetar la libertad no significa que el Estado sea neutro y no pueda aprovechar distintos instrumentos para fomentar, incentivar y promover contenidos que nos permitan ser una mejor comunidad.
Con las nuevas facultades, el Consejo Nacional de Televisión podrá velar y fiscalizar por un “correcto funcionamiento” de la industria televisiva agregando que esos mínimos sociales, como son la dignidad, la igualdad, el acceso y la misma libertad, no puedan ser violentados.
También pudimos resolver las diferentes opiniones que existían sobre las concesiones, su renovación y limitación temporal. También, democráticamente, pudimos aclarar y zanjar lo que significa la retransmisión consentida cuando se cumplen los porcentajes de cobertura u obligatoriedad de llevar a canales locales y comunitarios actualizando la ley de propiedad intelectual. Quiero insistir: aun respetando la libertad e igualdad, el Estado no puede ser neutro.
Para la sociedad existen ciertos mínimos que desea fomentar, promover o incentivar, y es por eso que existen los subsidios. Y en este caso, el Estado no puede desaprovechar un instrumento tan poderoso como es la televisión, cuyo espacio radioeléctrico de circulación le pertenece.
Por eso, la ley le ha entregado al Estado nuevas herramientas para garantizar mínimos sociales tales como la transmisión gratuita de campañas de utilidad o interés público, programación cultural y reserva de espectro para la identidad y cultura regional, local y comunitaria. Esta es una buena noticia, porque ya estábamos pagando el costo de impedir mejorar la conectividad audiovisual y nuestro desarrollo tecnológico.
Un proyecto de ley que se observaba por muchos como complejo y conflictivo, ha sido finalmente resuelto en el Senado, demostrando que es capaz de sortear controversias y construir acuerdos. Esto lo debemos valorar.