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Vuelta a clases

FERNANDA HURTADO gerenta general de Fundación Generación EmpresariaL

Por: FERNANDA HURTADO | Publicado: Viernes 26 de febrero de 2021 a las 04:00 hrs.
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FERNANDA HURTADO

En Chile, la vuelta a clases presencial ha estado en el centro de la polémica por la negativa de algunos profesores a retomar la enseñanza en las salas de clases. Resultaba curioso que mientras avanza el proceso de vacunación, que tiene a nuestro país ubicado en los primeros lugares a nivel mundial, y habiendo considerado a los docentes como parte del grupo prioritario, se mantuvieran las reticencias a retornar de manera presencial.

Si bien esta semana el gobierno y los profesores alcanzaron un acuerdo en esta materia, lo cierto es que una eventual postergación del regreso a las aulas provocaría una externalidad preocupante.

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Cientos de miles de padres y madres trabajadores no pueden retomar sus funciones al no tener asegurado el cuidado de sus hijos. Parte de este fenómeno lo podemos apreciar en la recuperación asimétrica que ha tenido el empleo en los últimos meses. De los casi 1,8 millones de puestos de trabajos perdidos a julio del año pasado, una parte se había recuperado a diciembre, pero con un fuerte rezago en el empleo de mujeres. Mientras la tasa de ocupación de los hombres mejoró entre julio y diciembre de 54,3% a 61,7% (+7,4 puntos porcentuales), la tasa de ocupación femenina solo avanzó de 36,2% a solo 40,3% (+4,2 p.p) en ese periodo. Comunidad Mujer estima que unas 600 mil trabajadoras pueden verse potencialmente beneficiadas de una vuelta presencial a clases si es que por el lado de la demanda del mercado laboral existen las condiciones para volver a emplear a este grupo de personas.

¿A quiénes perjudicaba más la negativa de algunos profesores a retomar las clases presenciales? Un estudio realizado por la Universidad Católica en octubre de 2020 señala que mientras en el quintil más rico el 84,3% de los alumnos recibieron clases por videoconferencia, solo el 60,6% del quintil más pobre tuvo acceso a este tipo de enseñanza. Por su parte, mientras en el quintil más rico el 82,9% de los hogares tiene un computador “en uso y funcionamiento”, solo el 44,4% de los hogares del quintil más pobre posee uno en condiciones. Otro tanto ocurre con los trabajadores a distancia. Mientras en la mayoría de las labores profesionales es posible teletrabajar, una buena parte de los empleos menos calificados son presenciales, quedando fuera del mercado laboral si no tienen con quién cuidar a los hijos. Un estudio de noviembre de Cadem lo comprueba: mientras en el segmento socioeconómico alto un 57% afirmaba que se encontraba teletrabajando -ya sea total o parcialmente-, esa cifra descendía al 23% en los segmentos de menores ingresos.

Dicho de otro modo, posponer la vuelta a la sala de clases es una medida completamente regresiva. Afectará más al aprendizaje de los niños de menos recursos y dejaría fuera del mercado laboral a los trabajadores menos calificados o de aquellos sectores que requieren de prestaciones presenciales. Por eso es una buena noticia el principio de acuerdo alcanzado esta semana. Este es el habilitante mínimo para recuperar terreno en materia de empleo -sobre todo de mujeres- y, de este modo, contribuir a la estabilidad social tan necesaria para el país. Ahora es clave que lo pactado se concrete.

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