El plan que activó el Chile

A l mediodía del viernes pasado, cientos de personas comenzaron a plegarse al llamado de evadir el pago del Metro en distintas estaciones de Santiago. Ese día, la estatal de transportes suspendió su servicio y las manifestaciones ciudadanas comenzaron a tomar fuerza hasta desatarse los primeros hechos de violencia que marcaron un fin de semana difícil de olvidar.

Banco de Chile, una de las principales entidades financieras privadas del país y que tiene la mayor presencia física en todo el territorio nacional, activó rápidamente en la tarde del viernes su comité de riesgo operacional.

La misión era una sola: asegurar el funcionamiento del banco para los clientes ante lo que se podía generar.

La instancia estuvo liderada por el gerente de riesgo global, Julio Cubillo, Además, la integraron varios gerentes divisionales como Joaquín Contardo, a cargo de Banca Comercial; Esteban Kemp de Operaciones y Tecnología; Salvador Danel proveniente de Ciberseguridad y el jefe de Seguridad, Osvaldo González. También participó activamente por medios electrónicos el CEO, Eduardo Ebensperger, quien se encontraba fuera del país por motivos de trabajo.

Los ejecutivos de la empresa ligada al grupo Luksic y Citibank estuvieron durante más de 48 horas en continuas reuniones de coordinación, llamadas, salidas a terreno y un sinfin de labores para que el sistema del banco y sus filiales trabajaran adecuadamente, como además, había que asegurar la integridad de sus trabajadores.

Todo esto en medio de los hechos de violencia que se estaban registrando en diferentes ciudades del país.

Tarea no menor teniendo en cuenta que Banco de Chile cuenta con más de dos millones de clientes, es el segundo con mayor participación de mercado en colocaciones y tiene más de 13 mil empleados.

Banco de Chile fue el primer actor de la industria en comunicar el domingo por la noche las sucursales que abrirían el lunes en las regiones decretadas como de emergencia, que fueron cerca de 31 dependencias.

Para lograr esto, definió hace bastante tiempo un plan de contingencia en que se definieron los cargos claves de la operación de la compañía que deben desempeñarse en áreas críticas, la implementación dependencias laborales alternativas con altos estándares de seguridad, e incluso, medios de transporte exclusivos para el traslado de su personal, entre otras medidas.

Para comunicar toda la puesta en marcha para el lunes 21 de octubre se utilizaron los canales internos del banco, correos electrónicos, grupos de WhatsApp e incluso una aplicación interna.

Por estos canales se informó que quienes "no cumplen funciones críticas, no deberán presentarse mañana lunes 21 de octubre a sus lugares habituales de trabajo, sin perjuicio de mantenerse conectados con sus jefaturas".

El día D

Y llegó el lunes. Ese día Chile amanecía con ciudades bajo toque de queda, el transporte público en varias zonas del país funcionaba a medias, pero a pesar de esto, Banco de Chile abrió las puertas de 31 sucursales

Los máximos ejecutivos del banco se reunieron ese día para analizar la situación de la compañía tras los desmanes ocurridos el fin de semana y evaluar la operación durante esa jornada.

El panorama no era muy alentador. Cinco sucursales fueron afectadas por incendios y 54 tuvieron daños de diversa consideración.

A pesar de estos números, al interior de la compañía decidieron informar esta situación, algo que no ha hecho ningún otro banco del país.

La razón era que la alta dirección quería dar un mensaje potente no sólo a sus clientes y trabajadores, sino que al país. Toda la entidad está abocada a apoyar la recuperación de las dependencias dañadas y abrir lo más pronto posible toda la red física.

Y el plan dio resultados. El martes abrieron 151 sucursales, el miércoles ya eran 159 y ayer fueron 329. Con esta última cifra, el banco estaba operando casi el 90% de todas las sucursales y logró que el 100% de las oficinas operativas abrieran sus puertas en menos de cuatro días.

La administración ha agradecido en reiteradas ocasiones a sus trabajadores, quienes han acudido físicamente al banco a trabajar o desde sus hogares para completar la misión: contribuir a un nuevo tipo de reconstrucción.

La fiscalización in situ de Joaquín Cortez

Un monitoreo en terreno del impacto de las movilizaciones en la operación de algunas sucursales bancarias de Santiago ha realizado por estos días el presidente de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), Joaquín Cortez. Durante esta semana concurrió personalmente a las sucursales en el centro de la capital de BancoEstado, Banco de Chile, Banco Santander y Banco Falabella para supervisar el funcionamiento de las oficinas. Durante toda la semana ha estado en contacto con bancos, compañías de seguros, administradoras de fondos, bolsas, entidades de infraestructura de mercado y autoridades de gobierno, supervisando los efectos que los incidentes ocurridos puedan tener sobre el normal funcionamiento del sistema financiero.