Rodrigo Valdés está en una cruzada: ad portas de la presentación del Presupuesto más limitado en años -el de 2016-, el ministro de Hacienda ha buscado instalar la tesis de que la austeridad en el manejo de los recursos es el camino a seguir de aquí a finales del gobierno, como una manera de enfrentar la desaceleración y evitar un mayor deterioro en las cuentas fiscales.
Muestra de aquello fueron dos acciones concretadas la semana pasada: el congelamiento de los altos sueldos del Estado durante 2016, y la salida de Guillermo Larraín de la presidencia de BancoEstado luego de aprobar un bono por término de conflicto equivalente al 51% de las utilidades del primer semestre.
Ante este escenario, surge la interrogante: ¿Cuánto efectivamente se ha deteriorado la situación fiscal en los últimos años? A la luz de las cifras, el llamado de Valdés va en la dirección correcta.
Según cifras de LatinFocus Consensus Forecast, la deuda pública medida como porcentaje del PIB casi se ha duplicado en los últimos cinco años, pasando de niveles en torno al 8% del Producto en 2010 a sobre el 15% para fines de este año, con una tendencia a sobrepasar el 17% hacia fines de la década.
A este indicador se le agrega que el país completará un período de siete años con déficit efectivos en las cuentas fiscales, que se extendería entre 2013 y 2019, según las estimaciones de la banca de inversión.
Los expertos atribuyen el deterioro en las cuentas del Fisco al fuerte estímulo fiscal tras la crisis de 2008-2009; el alto gasto público derivado de catástrofes, como los terremotos de 2010, 2014 y 2015, además del incendio en Valparaíso el año pasado y las aluviones en el norte de este año; y a la desaceleración económica con una revisión a la baja de los parámetros estructurales: PIB y precio del cobre de tendencia.
A pesar de esto, recalcan que la carga de deuda pública en Chile es "por lejos" menos apremiante que en países europeos, como ejemplo Grecia y España, cuyo saldo negativo supera en más del 100% del tamaño de su economía.
¿Más o menos preparados que en 2008?
Si bien los expertos coinciden en que la mayor carga de deuda fiscal no es una preocupación en sí misma al compararse con el resto del mundo, sí advierten en que la capacidad de respuesta del país ante un shock externo como el de 2008 es más limitada.
El gerente de Estudios de Gemines, Alejandro Fernández, advierte que habría un riesgo para la sostenibilidad fiscal sólo en caso de que la deuda se empine a niveles por sobre el 30% del Producto, algo que no se ve en el horizonte. "Estamos en una posición un poco más débil en relación a 2009, pero no es preocupante en este minuto aún"
El economista de la Universidad de Chile, Alejandro Alarcón, califica como un "desafío mayor" para la economía chilena afrontar el eventual empeoramiento del escenario externo con los actuales niveles de deuda pública. "Hemos estado en situaciones peores en cuanto a deuda pública, pero no deja de ser una advertencia. Tenemos la capacidad de financiar emisiones de deuda, pero eso tiene un límite".
Para Cecilia Cifuentes, de Libertad y Desarrollo, lo importante es que la deuda pública "se estabilice" y deje de incrementarse en los próximos años. "La crisis de 2008 la enfrentamos en medio de una gran holgura externa e interna, un escenario totalmente opuesto al de hoy".
Mientras que el gerente general de Octogone Chile, Manuel Bengolea, plantea que la cifra "no es preocupante" por sí misma, apuntando a que un factor clave para determinar la resiliencia de la economía chilena ante una hipotética crisis "tiene que ver con la rigidez de algunas reformas y su impacto en la economía. Ese es el elemento clave, no el nivel de deuda".
