Economía y Política

Por séptimo año consecutivo, chilenos hacen uso mínimo de visas de trabajo en EE.UU.

Según AmCham una de las causas de esta situación es el difícil momento que atraviesa el país del norte donde el desempleo ha bordeado el 10%.

Por: | Publicado: Miércoles 2 de marzo de 2011 a las 05:00 hrs.
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Gonzalo Cerda



Desde que entró en vigencia el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos (2004), se destinan al año 1.400 visas de trabajo exclusivas para profesionales chilenos. El beneficio fue uno de los más defendidos durante el proceso de negociación por parte de Chile, que creó una nueva categoría de visa, la H-1B1.

Desde su implementación, las cifras muestran que la utilización de esta herramienta no ha sido lo efectiva que se esperaba. Durante el año pasado, según datos entregados por el Consulado de Estados Unidos, sólo se registraron 226 usuarios, y al realizar un balance de los años desde que se firmó el acuerdo, las cifras muestran una evidente subutilización.

Se aprecia que en 2004 se emitieron apenas 39 visas, en 2005, si bien la cifra se elevó a 86, esta representaba menos de un 10% del total disponible. Esto mientras que en 2006 se registraron 157 solicitudes y en 2007, 235. El peak se alcanzó en 2008 cuando las visas requeridas llegaron a 350, las que disminuyeron a 270 durante 2009.

Para el presidente de la Cámara Chileno Norteamericana de Comercio (AmCham), Javier Irarrázaval, una de las posibles causas en la baja utilización de este instrumento es el difícil momento por el que atraviesa Estados Unidos, donde el desempleo se ha acercado al 10%, a lo que se suma otra gran falencia, como califica Irarrázaval, a la falta del manejo del inglés.

El tipo de visa que garantizó el tratado, es una que no ha sido agregada en los posteriores tratados que ha firmado Estados Unidos sostiene Irarrázaval.

Durante los siete años de implementación que tiene el TLC, el promedio de utilización de este tipo de visas ha rondado los 200 cupos, situación que contrasta con las aspiraciones de AmCham que considera que “acá hay una oportunidad cierta para los profesionales chilenos para acumular experiencia y conocimiento en una de las economías más competitivas del mundo”.



Promoción necesaria


Según Irarrázaval, una buena forma de potenciar la utilización de esta visa, es que tanto la embajada chilena en Estados Unidos como ProChile expongan ante las empresas norteamericanas los beneficios que entrega esta herramienta. “Si nos queremos insertar en el mundo desarrollado, el intercambio de experiencias y de conocimiento es esencial”, sostiene.

Algunos de los requisitos para calificar a las visas H-1B1 son que el solicitante posea un postgrado que incluya al menos cuatro años de estudios en su campo; el solicitante no puede ser empleado o contratista independiente; además que el período de tiempo de trabajo en Estados Unidos sea temporal.

Irarrázaval además señala que las empresas norteamericanas tienen gran parte de responsabilidad en esta sub utilización. “El lado norteamericano debiera tener interés en estas visas, verlas como una herramienta comercial que sirva para mejorar el intercambio entre ambos paises”, afirma. 
“La visa H-1B1 es una oportunidad, pero hay que ser claro al decir que está más en manos de los norteamericanos, pero somos nosotros los que tenemos que concentrarnos en promoverla”.

Si bien la solicitud es realizada por el interesado, este debe contar con una oferta de trabajo clara de parte de alguna compañía norteamericana, lo que hace un poco más difícil la masificación de este instrumento, explica Irarrázaval.

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