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Experto promueve joint ventures entre comunidades e inversionistas de grandes proyectos

Con esta fórmula, ha podido sacar adelante proyectos por más de US$ 6.000 millones en distintas industrias.

Por: Andrés Pozo B. | Publicado: Sábado 11 de octubre de 2014 a las 05:00 hrs.
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La primera vez que Lloyd Girman -canadiense experto en resolución de conflictos con comunidades- propuso que un inversionista se asociara con comunidades indígenas, para que participaran de la propiedad de un proyecto, en su país pensaban que había perdido la razón, recuerda. Hoy, esa fórmula, está asentada en Canadá y sólo a él le ha permitido destrabar más de US$ 6.000 millones en inversiones, principalmente en las áreas de minería y energía. Una de las primeras iniciativas que logró sacar adelante fue una mina de diamantes, donde aunó posiciones de cuatro comunidades indígenas para que crearan una empresa y firmaran un joint venture con la compañía minera afectada, lo que se tradujo en una inversión de US$ 1.200 millones. La clave para esto -dice Girman- es mantener un buen relacionamiento con la comunidad. "Hay que invertir tiempo en ellos y lograr que se suban y entiendan el valor que tiene el proyecto", dice. Respecto a la dificultad de llegar a este punto de entendimiento, el experto explica que ha ido mejorando en relación a los tiempos. Por ejemplo, el acuerdo con las cuatro comunidades le tomó dos años y medio de conversaciones, y ahora, en un proyecto de US$ 1.000 millones para una línea de transmisión, tardó 18 meses en lograr un acuerdo con una veintena de comunidades.

El problema es que muchas de éstas fueron contactadas anteriormente por firmas forestales y mineras que las trataron "mal". "Costó mucho que se volviera a tener confianza en el sector privado", dice Girman, quien cree que el proceso ha avanzado recién en los últimos 25 años.

Liderazgo privado
Para Girman, el liderazgo en estos temas debe tomarlo el sector privado, ya que tiene mayor flexibilidad para hacer cosas. "Una vez que se logran acuerdos y se crean precedentes, viene atrás el gobierno regulando el hecho y reconociendo los avances", dice. Pero ambos tienen roles complementarios.

Aunque no tiene una visión acabada de lo que pasa en Chile, dice que la clave es el liderazgo y que no hay que esperar que surjan problemas para hacer algo.

De hecho, relató que se demoró 28 años en sacar adelante un proyecto y un 25% de la propiedad de la iniciativa de US$ 3.200 millones quedó en manos de los indígenas. "Las compañías deben pensar en el largo plazo, no necesariamente en el proyecto en sí", dice.

Agrega que compartir la propiedad fue un tema difícil, que fueron proyecto a proyecto, pero que cuando el resto comenzó a ver que era una fórmula exitosa, se extendió a toda la industria. "Hoy es una práctica generalizada ¡Tienes que hacerlo! Es algo necesario para hacer un proyecto en zonas indígenas", dice.

De todos modos, agrega que esta fórmula siempre trae problemas al principio, pero una vez que se genera confianza, son los mejores socios que se pueden tener.

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