La principal economía europea registró el año pasado su mayor superávit presupuestario desde la reunificación del país en 1990, dando más argumentos a las autoridades de la región en sus llamados al gobierno alemán a aumentar los gastos para impulsar el crecimiento económico.
La diferencia entre los gastos y los ingresos presupuestarios para 2016 llegó a 23.700 millones de euros (US$ 25.000 millones), la cifra que equivale a 0,8% del PIB.
El dato se publicó solo un día después de que la Comisión Europea volviera a criticar el excesivo superávit de cuenta corriente alemán.
Sin embargo, las autoridades se defienden. Según los datos revisados del crecimiento económico, el PIB del país se expandió 0,4% en el último trimestre de 2016, alentado precisamente por los gastos fiscales –que aportaron 0,2% a la cifra final– y demanda doméstica, impulsada por el empleo, aumento de salarios y bajos costos de endeudamiento. Mientras que el consumo privado se expandió 0,3%, los gastos públicos aumentaron 0,8%.
A su vez, el comercio neto restó 0,4% de la cifra, con el aumento de 3,1% en importaciones superando el avance de 1,8% en exportaciones.
“Estas cifras muestran que a Alemania le está yendo bien. Estamos invirtiendo más que nunca – y todavía tenemos superávit”, dijo ayer el vice ministro de Finanzas, Jens Spahn.
La economía del país se expandió 1,9% el año pasado, el ritmo más acelerado en media década. El gobierno espera que el crecimiento siga en 2017, alentado por el gasto privado y estatal, para alejarse de la economía basada en exportaciones. Sin embargo, los pronósticos son más moderados para este año y apuntan a la expansión de 1,4%.