La economía polaca comienza a sufrir

La desaceleración en la mayor economía del este de la UE podría ser tan mala como en el apogeo de la crisis financiera.

Por: | Publicado: Viernes 7 de septiembre de 2012 a las 05:00 hrs.
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La economía polaca está ralentizándose marcadamente a medida que la crisis de la eurozona golpea las exportaciones, las políticas de austeridad afectan la demanda local y el creciente desempleo hace que los consumidores estén menos dispuestos a gastar. Hay pocas probabilidades de que la economía se contraiga, pero la desaceleración de la mayor economía del este de la Unión Europea podría ser tan mala como en el apogeo de la crisis financiera.

Esperamos que el crecimiento retroceda a 2,4% este año y 2,1% en 2013, cayendo desde 4,3% en 2011: antes, esperábamos una expansión de 2,6% en 2012 y una recuperación a 2,8% el próximo año. Eso nos hace un poco más pesimistas que el gobierno polaco que recortó su pronóstico para 2013 a 2,2% en el último borrador del presupuesto, por debajo de su estimación previa de 2,9%.



No hay pronta mejoría


Cifras preliminares del segundo trimestre sugieren que el crecimiento se está ralentizando más de lo que se esperaba. La economía creció 2,4% anual, por debajo del 3,5% del primer trimestre, la expansión más débil registrada desde 2009. Hay muchas razones para creer que las cosas no van a mejorar pronto.

Primero, la crisis de la eurozona está golpeando las exportaciones polacas, de las que cerca de 80% van a la UE. Un zloty más débil evitará un colapso en los volúmenes de exportaciones a medida que los productos polacos son más competitivos, pero habrá poco crecimiento. Precios más bajos y una demanda más saludable de los mercados como EEUU y China significa que esperamos que las exportaciones en general seguirán creciendo este año, pero el ritmo se desacelerará drásticamente: 2,7% desde 7,6% en 2011.

Segundo, la demanda doméstica, uno de los principales impulsores del crecimiento polaco los últimos años, está estancada. Las medidas de austeridad del gobierno están restringiendo los ingresos y la construcción podría colapsar; hubo un alza de la actividad en todo desde la construcción de autopistas hasta estadios antes de la Eurocopa de 2012. Tras esto, es probable que los volúmenes de construcción disminuyan con pocas señales de un sólido retorno de la demanda privada. Esperamos que la demanda doméstica (que representa al 60% del PIB) crezca bajo 2% en 2012 y 2013.

Esa cifra incluso podría empeorar, con el gobierno incrementando su pronóstico de desempleo a 13% este año y el próximo (desde 12,4%).



Aún viene lo peor


Algunos analistas externos son aún más pesimistas, con un ex vice ministro de Finanzas, Stanislaw Gomulka, advirtiendo que el desempleo se elevaría a 15% el próximo año. Eso aumentará la presión en el gobierno, cuya popularidad ha caído desde que llegó al poder el año pasado. Enfrenta presiones intensas para relajar el ritmo de la austeridad (y recortar tasas de interés) y mitigar una desaceleración que amenaza ser severa.

De hecho, aunque ha habido especulaciones de que el banco central podría revertir el alza de tasas de mayo (a pesar de mantener su tasa de referencia sin cambios en la última reunión de septiembre), el gobierno tiene pocas opciones, excepto redoblar los esfuerzos con medidas como recortes a las pensiones y bienestar social, como también alzas de impuestos. El zloty ha estado bajo una intensa presión en los mercados de cambio, con los inversionistas internacionales inquietándose porque un déficit fiscal que llegó a 7,9% del PIB en 2010 podría elevar peligrosamente la deuda pública. Hay pocas señales de que la moneda se fortalezca sustentablemente (ha perdido más de 3% frente al dólar desde el 27 de agosto) y el primer ministro, Donald Tusk, sabe que el zloty podría desplomarse si abandona los planes de recortar el déficit a 3% del PIB este año.

La constitución polaca también decreta recortes de gastos obligatorios si la deuda se eleva mucho. Ya está sobre el límite de 55% del PIB que exige que la deuda caiga en el próximo presupuesto y si los planes de austeridad son abandonados podría cruzar el 60% que obliga a aplicar recortes en el gasto.

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