El oro alcanzó un nuevo récord, ya que la preocupación por el impacto de los aranceles en la economía mundial siguió impulsando a los inversionistas a buscar refugio en el metal precioso, incluso después de la flexibilización de los datos de inflación en EEUU.
El oro avanzó un 3% a mediodía, hasta los US$ 3.175,07 la onza, superando el máximo anterior alcanzado a principios de mes.
Las acciones estadounidenses cayeron tras el mayor volumen de compras en años, mientras que los bonos repuntaron tras la publicación de los datos.
Los operadores descontaron las expectativas de tres recortes de tipos de interés en lo que resta del año, con la posibilidad de un cuarto. Unos tipos más bajos suelen beneficiar al oro, ya que no genera intereses.
El último acontecimiento alimentó el escepticismo sobre la conclusión oportuna de las negociaciones comerciales, a pesar de que el director del Consejo Económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, afirmó que Estados Unidos está "muy avanzado" en sus conversaciones con sus socios económicos.
Los mercados financieros se han visto abrumados por el constante vaivén del plan arancelario de la administración Trump, buscando una dirección y certidumbre. Esto ha impulsado al oro dada su condición de refugio. El repunte del 21% del oro este año también se ha visto impulsado por la esperanza de una mayor flexibilización de la Reserva Federal y compras por parte de los bancos centrales.
"Seguimos siendo bastante optimistas respecto al oro", declaró Dominic Schnider, director de materias primas y divisas de Asia Pacífico en UBS Global Wealth Management, en Bloomberg Television. "El siguiente paso será, en algún momento, la intervención de la Fed, lo que le dará un nuevo impulso al oro".