Otra sesión de números rojos protagonizaron ayer las principales bolsas del mundo, aunque el tono varió bastante en función del continente.
El tema de preocupación para los inversionistas siguió siendo la declaración del presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, respecto a que el banco central podría desacelerar sus compras mensuales de bonos en uno de “sus próximos encuentros” si la recuperación de la mayor economía va por buen camino.
Esta inquietud se acentuó ante el débil dato de un sondeo preliminar de índices de gerentes de compras de China, que reportó una contracción por primera vez en siete meses debido a la caída de nuevas órdenes.
En medio de esta combinación de elementos, Asia sucumbió a las bajas. La reacción más brusca -que lo convirtió en el más afectado de los mercados desarrollados- fue el Nikkei de Japón, que perdió ayer 7,3%, su mayor caída diaria en más de dos años.
No obstante, este mercado ya anota una trayectoria alcista con retornos de 17% sólo durante este mes, de 39% este año y 69% en los últimos doce meses.
En Europa, las bajas también se repitieron, aunque fueron de menor magnitud, incorporando los descensos que el miércoles no pudo, dado su cierre más temprano que el de Wall Street.
En Estados Unidos, a su vez, los principales índices accionarios -Dow Jones, S&P 500 y el Nasdaq- extendieron tímidamente los descensos de la víspera. Un resultado no necesariamente esperado, puesto que al principio de la sesión llegaron a caer en torno a 1% para luego -a lo largo de la jornada- recuperarse gradualmente a los niveles del cierre previo. Incluso, los índices lograron sostenerse por unos instantes sobre los números azules.
Latinoamérica nuevamente mostró un ritmo indefinido, con mercados al alza y otros no. El selectivo local, por su parte, se acopló a los descensos en una sesión con $ 101.117 millones en montos transados, más que el promedio diario este año a la fecha.