Pesificación en Argentina: hoy menos del 10% del negocio bancario está en dólares

En marzo de 2009, los préstamos en dólares habían alcanzado un máximo de la era kirchnerista de 17% del total. Hoy representan apenas el 8,5%. Algo similar pasó con los depósitos.

Por: | Publicado: Martes 16 de octubre de 2012 a las 05:00 hrs.
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Las dos caras del sistema financiero -tomar depósitos y dar préstamos- parecen haber cambiado la forma en la que habrá que concebir el negocio en Argentina. Después del lifting de los últimos meses, el grueso de los bancos está cambiando e incluso la profundización de las tendencias ya manifiestas marcarán cómo será el sistema financiero del futuro.

Hoy los depósitos en dólares en el sistema financiero argentino representan apenas el 9,8% del total, mientras que los créditos -también en dólares- otorgados al sector privado, cuentan por 8,5%. La foto, donde no falta la salida de capitales, el menor ingreso de dólares y una fuerte emisión de pesos por parte del Banco Central de Argentina (BCRA) que decanta en un aumento de los plazos fijos y que licúa la participación de los dólares, han decretado una nueva naturaleza.

En ambos casos, depósitos y préstamos, la tendencia decreciente es sólo una parte del escenario. En rigor, para los analistas consultados, la perspectiva es hacia una absoluta pesificación, es decir, el dólar tiene los días contados en los bancos. Como contraste, habrá que recordar que entre 1991 y 2000, el 60% del sistema financiero estaba dolarizado.

Por el lado de los préstamos, hoy, los US$ 6.155 millones que todavía hay otorgados en el sistema -la mayoría en prefinanciamiento de exportaciones- vivieron en los últimos 12 meses una caída del 35% desde los US$ 9.555 millones que había en septiembre del año pasado. Esto implica que, desde la implementación de las medidas cambiarias, se dio una caída de 
US$ 283 millones mensuales en el stock de préstamos.

Para los analistas, las causas hay que buscarlas en las más de 30 medidas que tomó la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y el BCRA para angostar -y en algunos casos, eliminar- el camino que permite comprar moneda extranjera y en las mismas restricciones que se impusieron al ingreso de productos importados, medida que necesariamente contribuyó a una menor demanda de pedidos nuevos al exterior y, por ende, menor necesidad de financiarse en moneda dura.

Pero hay más: una comparación más amplia, con punto de partida en el arranque de la administración Kirchner allá por 2003, muestra que en enero de ese año, la participación de los préstamos era del 13% y que años después, en marzo de 2009, esas mismas cifras tocarían un máximo del 17% del total de recursos. Así, si se compara el 2009 versus 2012, la resultante es de una caída del 50% en la participación.



¿Por qué semejante cambio? 


Para responder esta pregunta, Andrés Méndez, economista de AMF, se hizo esta otra: “¿Qué banco le va a prestar a alguien, en dólares, si ese tomador no sabe si va a tener la autorización para comprar divisas y poder devolverlos e incluso el banco registra salida de dólares en forma permanente?”.

Por el lado de los depósitos, las cosas no están mejor. Si bien fruto de la emisión de pesos (42% interanual) existe un crecimiento relevante en la suma de los plazos fijos en esa moneda, los depósitos en dólares del sector privado han mermado en su participación total por otras razones.

En agosto de 2009, los dólares depositados en cajas de ahorro, cuentas corrientes y en plazos fijos habían alcanzado un máximo que representaba 21,86% del total. Hoy ese concepto explica apenas 9,86%, una cifra que remite a mediados del año 2004, cuando todavía no se había realizado el canje de deuda ni tampoco se habían cancelado los US$ 9.000 millones con el FMI allá por diciembre de 2005.

La tendencia es a la baja: en los últimos 12 meses, los depósitos en dólares del sector privado cayeron más de 45%, pasando de US$ 14.594 millones a US$ 8.000 millones. “Se trata de un efecto colateral del cepo, ya que si bien los argentinos siguen ahorrando en dólares, muchos han decidido no llevar sus ahorros a los bancos”, concluyó Ramiro Castiñeira, analista de Econométrica.

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