Cuando el exdiputado Fuad Chahin asumió la presidencia de la Democracia Cristiana en mayo de 2018 tenía una sola cosa clara: no iba a ser fácil. Acostumbrado a estar en el lado opuesto del poder interno, y ser un duro crítico de las autoridades que lo precedieron, estaba consciente de que debía asesorarse con los mejores representantes en las distintas áreas, porque la segunda administración de Sebastián Piñera ya había adelantado dónde pondría el foco.
Quienes conocen la dinámica interna en la DC, pero sobre todo la forma de trabajo de Chahin, aseguran que el timonel no deja nada al azar. Por el contrario, escucha a muchos profesionales antes de tomar una decisión, particularmente en lo que respecta a materias tan relevantes como las reformas tributaria y de pensiones. Procesos que, dicho sea de paso, han provocado fracturas significativas al interior del partido y, más complejo aún, entre los parlamentarios.
En algunas de estas decisiones ha tenido que ver la Corporación de Estudios para Latinoamérica, más conocida como Cieplan, que alberga a algunos de los más prominentes economistas de la Democracia Cristiana. Encabezado por el extimonel del falangismo, Alejandro Foxley, coinciden en este equipo figuras de la talla del exministro del Trabajo de Patricio Aylwin y de Transportes del primer gobierno de Michelle Bachelet, René Cortázar, y el director de Presupuestos de Patricio Aylwin y exministro de Educación de Eduardo Frei, José Pablo Arellano.
Desde el centro de estudios también lo asesoran el exsenador y extimonel Ignacio Walker y la exdirectora ejecutiva del Centro Democracia y Comunidad (CDC), Cristina Orellana.
Los que saben cómo funciona la máquina interna de la DC, no dudan en coincidir en que con esta directiva, en que la figura fuerte, sin duda, es la del timonel, han logrado confluir el partido y Cieplan. Algo que no se veía venir, pero que ha sido muy bien recibido en los sectores que se identifican más con lo que fue la Concertación que con la Nueva Mayoría.
De alguna manera, este think tank ha influido -dicen algunos observadores- en muchas de las decisiones del exdiputado o, al menos, las ha respaldado abiertamente. Lo que queda de manifiesto, por ejemplo, al haberse reunido con Piñera en La Moneda solo unos días antes de que se votara la idea de legislar de la reforma tributaria en el Congreso y con el discurso de que era necesario aprobarla.
Por otro lado, sólo unos días después, el 23 de mayo, Chahin llegó hasta el Salón Polo, en CasaPiedra, para participar en un desayuno organizado por Cieplan y en el cual el timonel DC era el único expositor. Al Desayuno del Programa Foro Empresa, el dirigente se refirió a "El rol de la DC en el fortalecimiento del centro político".
Otros consejeros
Pero ellos no son los únicos que integran el staff que aporta ideas al timonel de la DC en una línea política que lo ha acercado, según sus detractores, más de lo conveniente a la administración Piñera. Uno de los que destaca en estas asesorías personales es el decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, José De Gregorio, quien aconseja a Chahin, particularmente en lo que respecta a la reforma previsional. A él se suma una larga lista de especialistas tanto en pensiones como en el ámbito tributario.
Y en el entorno del timonel aclaran que también acude a figuras más progresistas en esas materias como Ricardo Ffrench-Davis o Guillerno Larraín.
También consulta con Jorge Rodríguez Cabello, quien integra la Comisión Tributaria del partido; los tributaristas Rodrigo Rojas y Juan Manuel Barahona; el exsubdirector jurídico del SII, Cristián Vargas, o el exjefe de gabinete del SII, Javier Valdivía. Muchas veces, Chahin los consulta, toma una decisión que difícilmente cambia y luego busca el respaldo público de quienes están en su misma posición.
En materia política tiene un proceso similar y además de figuras como la de Genaro Arriagada o el propio Walker, el timonel habla unas tres veces por semana con los abogados Ramón Briones y Hernán Bosselin.
Demasiados acuerdos
Las políticas implementadas por Chahin desde que asumió la presidencia de la DC han generado divisiones importantes, tanto en el partido como en la bancada de diputados y entre éstos y los senadores.
Sus equipos cobran especial importancia justamente debido a la línea más conservadora por la que está llevando a la colectividad, lo que queda de manifiesto -dicen sus detractores-, supuestamente, al renunciar a los principios que dieron origen al partido. Muestra de ello serían los acuerdos alcanzados con el Ejecutivo en materia tributaria y de pensiones, en los que sin embargo, Chahin no ha logrado alinear a todos.
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