Gobierno

Ana Lya Uriarte, la acorazada del bacheletismo en el corazón de La Moneda

Socialista, feminista, pieza angular de lo que queda de bacheletismo y con buenos lazos con Boric desde su época universitaria, la abogada medioambiental, llega a la Segpres.

Por: Rocío Montes | Publicado: Martes 6 de septiembre de 2022 a las 13:50 hrs.
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La llegada al Ministerio del Interior de la abogada Ana Lya Uriarte, como jefa de gabinete, en mayo pasado tuvo una primera y obvia interpretación: se trataba del desembarco del bacheletismo en La Moneda de Gabriel Boric (del bacheletismo o lo que queda de él, una mezcla de cofradía política y sentimental en torno la figura de la exmandataria socialista, más que un proyecto vigente). Su figura se fue afianzando a tal punto que hoy, en medio de un confuso cambio de gabinete, fue nombrada ministra de la Secretaría General de la Presidencia, en reemplazo de Giorgio Jackson.

Fue el regreso a Palacio de una de las mujeres fuertes del segundo gobierno de Michelle Bachelet (2014-2018) –quizá la más fuerte de ese período–, que como jefa de gabinete de la presidenta le tocó enfrentar crisis especialmente delicadas de aquella Administración, como el caso Caval, la polémica por el terreno adquirido por la hija menor de la mandataria en las cercanías de la minera Dominga o la Operación Huracán.

Cuando Bachelet viene a Chile desde Ginebra y se reúne con sus excolaboradores y amigos de la política, siempre está Ana Lya Uriarte, comentan quienes participan de estos encuentros. Abogada de 59 años, madre y abuela –fue madre de su primera hija a los 13 años, según contó ella misma extensamente en un reportaje a fines de los años 2000–, la especialista medioambiental tiene una fuerte cultura de militante y de bloque político, a diferencia de la ministra del Interior, Izkia Siches.

La superpoderosa

La abogada forma parte de los socialistas que provienen de la militancia en la Izquierda Cristiana (IC), como el mismo Mahmud Aleuy, con el que conformaron la principal dupla política del segundo gobierno de Bachelet. Cuando el caso Caval estalló en febrero de 2015 y dejó moribundo al propio gobierno y a una decena de heridos –entre ellos, al ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, un gran crítico de Uriarte–, la dupla entre el subsecretario del Interior y la jefa de gabinete de la Presidenta funcionó como el principal bastión de la gestión y el poder de ambos era evidente y reconocido. La prensa la definía como “la superpoderosa”.

Ana Lya Uriarte forma parte de la corriente de la Nueva Izquierda en el PS –como en su momento Bachelet–, aunque hoy por hoy los líderes de esa tendencia viven una profunda distancia política (Camilo Escalona y Osvaldo Andrade, como el mismo Aleuy), en un contexto con los tradicionales lotes partidarios desvirtuados. Se la define como cercana a Paula Narváez, la excandidata presidencial del PS por la que hizo campaña –pese a las tensiones que habrían tenido cuando Uriarte reemplazó a la sicóloga en 2014 como jefa de gabinete presidencial–, pero lejana a otros sectores de su misma colectividad, donde cuenta con muchos críticos. Tiene importantes vínculos políticos tanto con Escalona como con Aleuy, pese a la distancia entre ambos, aunque ha sido una histórica "escalonista".

En el partido recuerdan que en 2009, en medio de la crisis de la Concertación entre primera y segunda vuelta presidencial entre Eduardo Frei y Sebastián Piñera, un puñado de militantes fue a esperar a Escalona al aeropuerto en señal de apoyo, porque se había negado a renunciar a su partido, como lo pedía el candidato que finalmente fue derrotado. En el grupo estaba la que era entonces la ministra de Medio Ambiente de Bachelet, Ana Lya Uriarte.

Fue en ese período en que como política y abogada lideró la reforma a la institucionalidad ambiental en 2010 y creó el ministerio, la superintendencia de medio ambiente y los tribunales ambientales. Entonces, dicen quienes la conocen, adquirió experiencia política para negociar con todos los sectores.

Es a lo que regresó Ana Lya Uriarte inicialmente: a sostener a la ministra Siches luego de dos meses de la médica en el cargo, en los que ha tenido un aterrizaje complejo. Han sido semanas marcadas por al atentado en Temucuicui, una seguidilla de errores como la denuncia falsa por aviones de inmigrantes en el Congreso, su baja sostenida en las encuestas, fuertes desafíos por delante –la triple crisis de La Araucanía, la demanda por mayor orden público y el control de la delincuencia y la crisis migratoria en el norte– y una carencia que se ha hecho evidente: la falta de experiencia y lazos políticos de la ministra que no tiene partido (militó un tiempo en la JJCC en la universidad). Las relaciones de Uriarte, en cambio, se extienden a diversos sectores de la clase dirigente (su exmarido, Claudio Troncoso, milita en la DC).

Lazos con Boric

La nueva ministra de la Segpres, en tanto, se conoce desde hace años con el presidente Boric, desde los tiempos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile (hasta ahora, ella era directora de extensión, un cargo que seguramente dejará antes de llegar a La Moneda). Uriarte fue de las profesoras que apoyaron la gestión de Boric cuando era presidente del centro de alumnos de la facultad en la toma de 2009 y, luego, de la FECh, desde 2011 en adelante (cuando sucedió a Camila Vallejo). Pero no es el único lazo importante de Uriarte en La Moneda actual: Andrea Reyes, asesora del segundo piso, trabajó con ella en el Centro de Derecho Ambiental de la misma casa de estudios.

Ana Lya Uriarte, a su vez, es muy amiga de la abogada Valentina Durán, la  directora del Servicio de Evaluación Ambiental, muy cercana a Boric y sobrina del expresidente Ricardo Lagos.

Pero aunque los lazos políticos y la experiencia juegan a favor del nuevo fichaje del actual gobierno, en el mismo oficialismo pronostican posibles problemas.

Un "abrazo de oso"

La llegada de Ana Lya en su momento generó evidentes resquemores en Apruebo Dignidad, porque se trataba de una militante socialista que, nuevamente, llegaba a un espacio privilegiado de poder (los socialistas no solo tienen Hacienda y otras carteras clave, sino la misma subsecretaría de Interior, con el exdiputado Manuel Monsalve, cercano a Aleuy y a la propia Uriarte). Amante de la cumbia, de la buena mesa y con un carácter que no estaría dominado precisamente por la templanza –"la nueva compañera" de Siches, según la misma ministra confesó hace unas semanas–, a su nueva jefa de gabinete le podrían llegar a pesar determinadas mochilas, aseguran en los mismos círculos de gobierno. El estudio de Uriarte fue investigado en su momento en una de las aristas del caso Caval y fue en el segundo gobierno de Bachelet donde se desarrolló la Operación Huracán, de falsas pruebas policiales en el marco del conflicto en La Araucanía, un tema especialmente sensible para esta Administración y esa cartera.

Pero sobre todo, temían en la izquierda,  que la fortaleza política de Uriarte podría ser una especie de abrazo del oso para la debilitada ahora exministra; Siches.

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