Por Claudia Andrea Sánchez
En el segundo día de los alegatos peruanos en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, ayer los abogados de la delegación limeña fueron más duros, más ofensivos y más directos que el martes al reiterar que no hay tratados que fijen el límite marítimo en disputa. Con mapas en mano, con citas y recordando lo hecho por el embajador Miguel Bákula, y la posible solución para Bolivia esbozada en 1986, entre otros hechos históricos, Perú lanzó toda su artillería para que La Haya le encuentre la razón a su línea argumental.
Ayer expusieron los agentes Alan Vaugham; Michael Wood, Rodman Bundy y Alain Pellet, quienes centraron sus alegatos en los principios de equidistancia y en la falta de un tratado limítrofe marítimo.
“Perú deniega absolutamente haber acordado frontera marítima en 1952”, dijo Alan Vaughan Lowe, uno de los más duros en la exposición.
A su vez, Pellet añadió que “Perú debe ejercer los derechos que le corresponden en el triángulo exterior, en conformidad con los derechos del mar. Chile está solapando los derechos soberanos de Perú. A partir de 1986 Chile se dedicó a inventar una línea fronteriza”.
En tanto, Bundy reflexionó sosteniendo que “Chile hace caso omiso a sus propios mapas oficiales. No importa cuántas veces Chile cite el acuerdo de 1952, eso no cambia que no es pertinente”. Criticó que el límite marítimo “se inicie en el Hito 1 y no en el Punto de la Concordia como lo argumenta Chile”.
Wood insistió en la tesis de que el acuerdo de Santiago habla sólo de explotación de los recursos marinos del Pacífico. “Chile procura”, dijo, “demostrar que en 1952 había consenso con Perú respecto a una frontera”. Remarcó que “los razonamientos de Chile, basados en 1954, resultan difíciles de comprender sobre todo porque nada en esa declaración refleja la intención de las partes de convenir en una frontera internacional para todos los fines, Chile les pide que lean en este texto algo que no está ahí”. Respecto al Hito 1 y los faros, el litigante afirmó que “eran para señalar un punto de vista visible para las embarcaciones y no un punto en que la frontera llegaba al mar”.
La salida al mar con Bolivia
Wood trajo a la memoria las negociaciones de los años 70 sobre una posible salida al mar de Bolivia: “Chile pretende demostrar que Perú aceptó que la frontera con Chile seguía el paralelo pasando por el Hito 1, pero Chile no ha presentado acta ni tenemos conocimiento. Dicen tener pruebas, pero no pueden llevar a equívocos. La imagen está muy distorsionada. Chile dice que Perú fue consultado y que no ofreció objeción, ni reserva”.
Después fue el turno de Tulio Treves quien recordó la participación de Perú en la Tercera Conferencia de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. “Sería absurdo pensar que Perú no tendría un interés en un principio de equidistancia, lo que explica, incluso, en el encuentro, tras el cual Perú decidió proponerle a Chile debatir sobre la delimitación marítima”, dijo.
Sobre la conferencia, Treves recordó que “para Perú no existía delimitación y en ausencia de un acuerdo era necesario negociar con urgencia a la luz del nuevo Derecho del Mar derivado de la ONU”. Trajo a colación que en 1986, el embajador de Santiago, Juan Miguel Bákula, “presentó la primera propuesta para la delimitación y no la negociación de un acuerdo existente”. Destacó que el memorando de Bákula fue el primer acercamiento oficial de Perú hacia Chile, con el objeto de analizar la frontera marítima invalidando así la postura de las declaraciones del 52 y del 54 representan tratado”.
Bundy sostuvo, en tanto, que “es inexplicable que ahora por primera vez, aparezca una línea paralela hacia la zona marítima. Y Chile no nos dice nada”. En ese sentido, el jurista indicó que Santiago “nunca puso en su cartografía un límite marítimo con Perú durante 40 años”, pese a que “publicó numerosas notas oficiales”. Agregó que “esto demuestra que cambios interesados por parte de ellos, ya que Chile sabía que no existía una frontera y sabía que a partir del memorando de Bákula de 1986, Perú no reconocería su existencia previa”.
Bundy sentenció que el material de Chile “es muy extenso, pero en cuestiones de fondo es bastante reducido” y que “la conducta de Chile cambió interesadamente el 1986”. Inmediatamente, Alan Vaughan Lowe dijo que “Perú deniega absolutamente haber acordado frontera marítima en 1952”.
Ya hacia el término, Pellet comentó que debe haber una “solución equitativa que beneficie a cada Estado en la proyección de sus costas”. Así dijo que “Perú debe ejercer los derechos que le corresponden en el triángulo exterior, en conformidad con los derechos del mar. Chile está solapando los derechos soberanos de Perú. A partir de 1986 Chile se dedicó a inventar una línea fronteriza”.