Osvaldo Andrade dice lo que piensa, casi sin edición. Esta ad portas del Congreso del Partido Socialista y no quiere crear confusiones a la hora de las definiciones.
- ¿Usted se siente cómodo con la agenda laboral del gobierno?
- No estoy cómodo, porque no sé cuál es esa agenda.
- Pero el gobierno ha anunciado proyectos en esta materia...
- El gobierno ha presentado tres proyectos en materia laboral vinculados con su programa: trabajo a distancia, pre y postnatal y la eliminación del 7% y no hay más porque el del multirut no está listo. Entonces, cuando se habla de una agenda laboral se entiende una construcción sistemática de iniciativas que obedecen a cierta lógica, pero esa agenda yo no la conozco.
- Pero usted es parte de un grupo de trabajo convocado por la ministra y que viajó a Nueva York para constituir una agenda laboral...
- No tengo duda de las intenciones de la ministra Matthei, pero es bueno precisar algunas cosas, primero, esto no es un grupo de trabajo. Este fue un grupo de parlamentarios que fue invitado por el BID y el Ministerio del Trabajo a compartir opiniones en temas laborales. Y lo que hicimos en ese viaje fue escuchar opiniones de los técnicos como Oscar Landerretche, Alejandro Micco, Harald Beyer y gente del BID y después expresamos nuestra opinión. Posteriormente, intentamos construir un listado de asuntos laborales, donde propuse 14 temas que los agrupé en 4 áreas, que nos parecen necesarios para una eventual agenda.
- ¿Qué pasó?
- Hasta ahí llegó y ahí se terminó. No me siento parte de un grupo de trabajo permanente ni nada por el estilo, la pregunta que quedó planteada explícitamente fue cuál es la voluntad del gobierno, y en qué estaba dispuesto a avanzar.
- ¿Cuál fue la respuesta de la ministra?
- Lo único nuevo que ha pasado desde esa fecha es el anuncio de presentación de una indicación al multirut, que por lo que leí en la prensa, también, en mi opinión, está equivocada.
- ¿Cuáles son las buenas intenciones entonces?
- Ella quiere avanzar en temas laborales, me atrevería a decirlo así, en general.
- ¿Pero no tiene piso político?
- Lo que sé es que muchas de las iniciativas laborales han tenido cambios radicales en la Segpres, entonces, en el gobierno no hay una voluntad aparentemente común en los contenidos de esta agenda laboral. Creo que en el gobierno opera una presión sistemática del mundo empresarial, que pide que no manden estas iniciativas al Congreso, porque allá puede pasar cualquier cosa.
- ¿Cómo qué?
- Que los proyectos terminen más pro trabajadores. Entonces, creo que hay una presión por parte del empresariado de que no haya iniciativas laborales, que se avance lo menos posible. Entonces, cuando se le pregunta al gobierno de todo lo que se habló en EEUU a qué está dispuesto y el gobierno mantiene silencio es porque, claramente, hay un problema de respaldo político, de vocación frente a estas iniciativas.
- ¿Cree que puede venir algún anuncio en materia laboral en el discurso del 21 de mayo?
- El presidente tiene un problema de angustia hoy día.
- ¿Por qué?
- Porque tiene dos alternativas: Una, que señale los logros de su gobierno, lo que sería bueno para el país, porque sería un discurso cortito. Y una segunda, que sería un problema porque sería un poco aburrido, que haga un discurso con nuevos anuncios y eso sí sería largo. Creo que él hará muchos anuncios como un ofertón de venta nocturna, pero tiene que hacerse cargo de un compromiso en materia de seguridad laboral. Hasta ahora no hay ninguna iniciativa al respecto. Es decir, si el presidente fuera coherente con lo que dijo al principio tendría que decir que la nueva forma de gobernar fracasó, porque no tiene contenido.
- ¿Para ustedes este 21 de mayo les está sirviendo para decir ´que ya está bueno´?
- Sí, porque hemos colaborado con el gobierno en materia que son de interés del país como la reconstrucción, educación y royalty, pero el límite es que ya sacralizó la forma de legislar con la letra chica. Y ese estilo de legislar es lo que ha hecho crisis y lo otro es la parafernalia y la capidad de show de cada anuncio.
- ¿Por ejemplo?
- El cambio de fecha de las elecciones es un mal proyecto, hay que repararlo. Pero cuando llegaron a la Cámara dijeron que era el inicio de las reformas políticas, oiga, ¡si eso es de tan mal gusto! Termina alterando el estado de ánimo. Hacen un tremendo show con el tema del voto de los chilenos en el extranjero, pero lo que quieren es ponerle limitaciones a que los chilenos voten afuera, eso es lo que quiere el gobierno, qué lo diga. Y cuando el presidente dice una cosa y después hace otra, eso tiene una expresión: unos diran que es olvidadizo y otros que es mentiroso, como ya lo han dicho.
- ¿Mantendrán, entonces, un discurso obstruccionista?
- Nosotros somos oposición por mandato ciudadano, lo más injusto que se puede decir es que la oposición ha sido obstruccionista y si lo que se quiere hablar es de esta semana tiene que ver con dos proyectos: el cambio de la fecha de votación y el voto de los chilenos en el extranjero. Y el clima tenso más bien es por la angustia del 21 de mayo, si el que hablará es el presidente no nosotros, si él está angustiado, nervioso. Sino fíjese en que el ministro Cristián Larroulet imputa un delito a un senador.
- ¿Al senador Camilo Escalona?
- Sí, cuando le plantea que dice injurias, le está imputando un delito, ¡cómo se le ocurre! ¡De dónde salió ese personaje! ¡Qué se cree! Y la señora vocera, Ena Von Baer, le pide que se quede callado, pero qué ¿le apareció lo inquisidora a esta señora por su apellido? Entonces, la crispación que ha llegado este gobierno tiene que ver con la angustia que en este nuevo año de gobernar le entró agua al bote, no tiene relato, no tiene antecedente, no tiene destino.