Por R. Lucero / P. Ojeda
“Las expresiones de Wen Jiabao y el mensaje que está tratando de entregar es similar -marcando las diferencias de contexto histórico- con el famoso ‘Viaje al Sur’ de Deng Xiaoping a comienzos de los ‘90, porque uno podría interpretar que está haciendo un llamado muy claro de que la transición hoy en China enfrenta un momento muy importante con los retos económicos, políticos y sociales que eso implica. Y subyacen ahí dos fuerzas, la más conservadora y una fuerza más renovadora. Y claramente él está haciendo su punto a favor de una fuerza más renovadora”.
Así resume Sebastián Claro, consejero del Banco Central, las palabras del primer ministro chino, Wen Jiabao, al término del Congreso Nacional Popular de ese país que se desarrolló hasta la semana pasada y que dejó como gran conclusión el recorte por parte de las autoridades de la meta de crecimiento para este año de 8% a 7,5% y el llamado a realizar las reformas políticas que le den estabilidad al desarrollo económico, de forma de evitar mayor desigualdad y el descontento social.
En Chile, el economista es un nombre obligado para hablar del gigante asiático, al que estudia desde su época universitaria en UCLA y del que se mantiene al día a través de una vasta literatura en su oficina del instituto emisor. De hecho, en el verano terminó de leer “Deng Xiaoping and the Transformation of China”, del historiador estadounidense Ezra Vogel, la que a su juicio es la “más completa” biografía del histórico líder asiático. Pero no sólo eso. Este fin de semana viajó a Montevideo, Uruguay, precisamente para exponer sobre el país asiático en una conferencia del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), que se realizó en el marco de la reunión del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Un contexto propicio para conocer su visión sobre el momento de China.
- ¿Son oportunas estas declaraciones de Wen Jiabao? ¿Son realmente importantes?
- Si la pregunta apunta a implicancias de corto plazo en la economía, probablemente no tanto. Pero sí dan cuenta de un proceso de transición que de por sí es muy complejo, en una economía tan relevante y sí refleja las tensiones de un proceso de transición política muy clave y de una transición económica muy difícil.
- Al comparar con los ‘90, ¿se puede pensar en una nueva señal de apertura al mundo?
- Por muchos años, el principal motor del crecimiento chino ha sido la acumulación de capital, no el aumento de la productividad. China tiene tasas de ahorro muy altas, en torno al 50% en los últimos años -anteriormente eran algo menores-, una cuenta de capitales esencialmente muy cerrada y, por lo tanto, tasas de inversión muy alta. Y por el lado de la demanda, la demanda externa y las exportaciones muy fuertes. Y la capacidad de continuar con esa combinación hoy día está un poco en duda.
- ¿Por qué las dudas?
- Por diversas razones: una, porque el mismo ciclo económico mundial ha hecho que el impulso externo a la economía china haya disminuido. La economía china tiene claramente una participación importante en un segmento de exportaciones a países desarrollados, Europa tiene un peso muy importante, y esa parte se ha visto debilitada. Y han surgido dudas
-que han venido acumulándose hace años- respecto de la rentabilidad de esta inversión, que se acentuaron a propósito del tremendo impulso crediticio y fiscal que hicieron las autoridades chinas en el marco de la crisis de 2008-2009, considerando las implicancias que tiene eso sobre la salud del sistema financiero, la calidad de la cartera, etc. Por lo tanto, aparece con más nitidez la necesidad de disminuir las tasas de ahorro y pasar a una economía cuya fuerza provenga más del consumo interno que de la inversión y del recurso externo.
- Hay una transición…
- Esa transición tiene muchas dificultades, simplemente porque es lenta, porque requiere cambio de precios relativos. Uno de ellos es el tipo de cambio, pero no es el único, requiere cambios en políticas sociales y una profundización del sistema financiero. En este contexto se entiende el mensaje de disminuir esta tasa de crecimiento objetivo de 7,5%, que más allá de que pocas veces se cumple, es una señal respecto de que China está en camino hacia esta reconversión. Como tiene dificultades, no sería raro que poco a poco -a lo largo de esta década- empecemos a ver tasas de crecimiento bastante menores en China.
- ¿De qué niveles serían esas tasas?
- Japón y Corea, en similares etapas de desarrollo, pasaron de tasas crecimiento del 9% a entre 5% y 6% cuando tenían del orden de US$ 10 mil per cápita y China. Si uno hace este paralelo muy crudo debiera estar llegando a ese nivel de ingreso per cápita a fines de esta década. Por lo tanto, no sería raro ver una transición hacia tasas de crecimiento de 6% a 7%. Eso es sano. Por lo tanto, no es una catástrofe, es sano. Simplemente, se trata de una transición que tiene elementos de complejidad.
- ¿Cómo puede perjudicar esto a Chile, que tiene a China como su principal socio comercial?
- No, no es un perjuicio. Chile se va a beneficiar de una economía china estable, dinámica, a las tasas de crecimiento que pueda tener. Acercarse a tasas del 6% a 7% a fines de la década sigue siendo muy dinámico y hacia el largo plazo probablemente China seguirá constituyendo una fuerza impulsora de las materias primas en general y, por lo tanto, no creo que eso implique un menor dinamismo a la demanda mundial de commodities.
- O sea, ¿Chile no debiera alarmarse a partir de que China crece menos?
- No, no. China es una economía que no puede seguir creciendo al 9% toda su vida, es un dato. Y, en algún momento, tiene que empezar a converger. ¿Qué va generar eso sobre el precio del cobre? Bueno, dependerá de la respuesta de la oferta en Chile y el mundo (...) Más allá del análisis del mercado del cobre para este año o el próximo, aquí hay un cambio estructural importante.
Pero sí es bueno tener en cuenta que estos booms no duran para siempre, lo que obliga a ser prudentes.
- Es decir, en cualquier caso, China es un actor que juega a favor…
- China ha demostrado en el último ciclo ser un amortiguador importante del ciclo económico mundial.
- ¿Y no porque ahora digan que crecerá menos, eso va a desaparecer?
- No, porque hay que distinguir una secuencia estructural de una cuestión cíclica, de dos o tres años. China ha crecido muy fuerte por muchos años y naturalmente debiera converger hacia menores tasas de crecimiento y eso es sano porque va reflejando que la escasez de capital que, en su momento era muy grande, ahora es menor y va reflejando el natural deseo y capacidad de los chinos de consumir más y, por lo tanto, de ahorrar menos, de invertir menos; y esa es la transición económica que de alguna manera tienen todos los países.
-¿Y en el caso cíclico?
-Distinto es eso de un análisis de la economía respecto de su capacidad de enfrentar el ciclo económico mundial. Qué pasa si en Europa se complica, cuál sería la respuesta de China, cuál sería la implicancia sobre los países en desarrollo, commodities. Y el gran elemento que tenemos es lo que hizo China el 2009. En ese entonces, fue muy agresivo y eso permitió que su tasa de crecimiento se mantuviera muy elevada, que los precios de los commodities -que tuvieron una caída durante la crisis- rebotaran fuertemente y ha permitido que el ciclo siga siendo muy positivo para los países emergentes.
- ¿Pagó costos?
- Claro que tuvo costos y parte de eso es lo que estamos discutiendo respecto de que ese crédito fue asignado, en parte, a inversiones que probablemente una parte de ellas será mala. Y esa cuenta se paga, y eso es lo que quizás tiene algo más cautelosas a las autoridades chinas.
- ¿Pero el 7,5% no es extremadamente cauteloso, considerando que, por ejemplo S&P, prevé un 8,3%?
- No hay que tomarlo literal.
- ¿Y este año?
- Las estimaciones de consenso están algo superiores al 8%-8,2% y no tengo elementos para desviarme de esa cifra.
OTRAS REFORMAS CRUCIALES
- Reforma fiscal: “Se requiere un programa fiscal-tributario para equiparar el sistema de gasto versus impuestos a nivel provincial, porque las provincias perdieron su fuente de financiamiento, que históricamente eran las utilidades y los impuestos pagados por las empresas estatales, que con la reforma de los ‘90 tendieron a desaparecer. En un contexto que no hay propiedad privada sobre la tierra, su fuente de recursos proviene de traspasar terrenos en poder de campesinos a proyectos inmobiliarios. Pero la compensación a los dueños de la tierra es bastante cuestionable”.
- Seguridad social y de salud: “China es es un país que va a envejecer antes de hacerse rico, porque la política de un solo niño ha sido extremadamente fuerte. Los países normalmente se hacen ricos y después envejecen. Y cuando esto ocurre el sistema de seguridad social enfrenta tensiones muy fuertes”.
- Movilidad laboral: “Ha ido controlando la movilidad laboral. Para moverse de una provincia a otra y acceder a los servicios de la provincia de destino, se necesita un permiso y, por lo tanto, cuando una persona se va a trabajar a la costa, por ejemplo, si no nació ahí, tiene restringida la educación para sus hijos, la vivienda y la salud”.