La
Comisión Europea (CE) advirtió hoy de que vigilará la venta
de Opel y que las ayudas públicas que puedan acordar algunos países no deben
condicionarse al mantenimiento de la producción en sus territorios.
La CE
vigilará "que se respetan las normas europeas", advirtió el vocero de
la Comisión,
Johannes Laitenberger, quien recalcó que las ayudas de Estado "no deben
condicionarse" a intereses no comerciales "o a la localización
geográfica de la reestructuración".
El personero dijo que la CE organizará "cuando lo crea
apropiado" otra reunión a nivel ministerial de los países comunitarios
afectados por la situación de Opel, similar a una ya celebrada en marzo pasado.
GM anunció ayer la venta del 55% de su filial europea al
fabricante de recambios Magna, y también que la fábrica de Opel en Amberes
sería cerrada progresivamente.
El viceprimer ministro y titular de Finanzas de Bélgica,
Didier Reynders, se mostró hoy a favor de que la CE investigue un posible proteccionismo alemán en
la venta de General Motors Europa a Magna.
Sus comentarios se produjeron después del anuncio del
vicepresidente de GM, John Smith, de que se cerraría progresivamente la planta
de Amberes.
Además, Magna prevé que la fábrica de Figueruelas (España) y
la de Ellesmere (Reino Unido) reduzcan su actividad mientras que las fábricas
en suelo alemán no se verían afectadas.
El portavoz de la Comisión Europea
eludió comentar sobre el anuncio acerca de Amberes o los planes de Magna e
insistió en que todavía no hay decisiones firmes.