A pesar de las cinco reclamaciones que se presentaron ante el Comité de Ministros, ayer se dio el vamos a las obras de construcción del proyecto Américo Vespucio Oriente, más conocido como AVO I.
La iniciativa, que contempla un presupuesto de US$ 900 millones, consiste en la construcción y explotación de una autopista urbana con una longitud aproximada de 9,1 Km, cuyo trazado abarca seis comunas: La Reina, Ñuñoa, Las Condes, Vitacura, Recoleta y Huechuraba.
En una ceremonia en Recoleta, el ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga, se hizo cargo de lo que vendrá y advirtió que una obra de esta magnitud generará incomodidades: “Durante la etapa de obras va a haber un conjunto de contingencias o desvíos que se va a ir comunicando en la medida que se vayan produciendo”.
Agregó que esto ha sido lo normal en cada una de las obras y, por lo mismo, hay todo un plan que ha sido aprobado por el gobierno regional, por los municipios y que “cuenta con la resolución de calificación ambiental respectiva”.
En tanto, la Sociedad Concesionaria Vespucio Oriente, firma relacionada a las constructoras Sacyr y OHL, comentó que su plan para financiar las obras del proyecto considera exclusivamente la participación de bancos chilenos.
“Se va a trabajar con la banca local. Es cierto que muchos proyectos de infraestructura chilenos de gran envergadura se financiaron con bonos de largo plazo (como las primeras autopistas urbanas), pero ha habido un desarrollo de la banca, la cual ha reaccionado para ser competitiva en este rubro”, explicó el gerente general de la empresa, Fernando Vergara.
Sobre las reclamaciones presentadas en contra de la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) dijo: “Es difícil que un proyecto de este tipo no tenga una reclamación ante el Consejo de Ministros. Con los municipios estamos trabajando y los temas se van a ir resolviendo”.