Empresas y Startups

Investigadores salen de las aulas y empiezan a crear empresas

Programas como Go To Market o la creación de Oficinas de Transferencia Tecnológica, están fomentando una nueva generación de académicos.

Por: Por Francisca Orellana Lazo
 | Publicado: Lunes 21 de abril de 2014 a las 05:00 hrs.
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Un cambio incipiente, pero importante, se está produciendo en el mundo científico. Las investigaciones que se realizan en Chile terminan en “papers”, y pocos logran pasar de ese estado con productos o servicios al mercado. De hecho, son escasos los éxitos en el país que han traspasado dicha barrera. Uno de los más conocidos es la empresa de protección sísmica Sirve, que nació al alero de los investigadores Carl Lüders y Juan Carlos de La Llera, de la Universidad Católica.

Sin embargo, la realidad está cambiando. Se está formando un nuevo grupo de investigadores que están saliendo de los laboratorios para formar empresas, junto con otros facultativos o grandes firmas que los ayudan a escalar sus proyectos.

Para los expertos, este cambio es fruto de la maduración del ecosistema de emprendimiento e innovación del país, sumado a nuevos programas de conexión con la industria como la creación de Oficinas de Transferencia Tecnológica (OTT) en universidades, de Corfo; el de Valorización de la Investigación en la Universidad, del Fondef de Conicyt, -que promueve nuevos negocios o empresas a partir de estudios en universidades-, o Go To Market, de Corfo, que apoya con capacitación y viaje a Silicon Valley para aprender técnicas de comercialización de tecnologías. Si bien este última iniciativa está enfocada a firmas, universidades e instituciones, la presencia de investigadores ha crecido notoriamente en tres años. La proporción de beneficiados para el viaje internacional es 1:1 entre emprendedores e investigadores, y en 2013 (tercer llamado), cerca del 70% de los participantes provienen de universidades.

Darío Morales, subdirector de Transferencia Tecnológica de InnovaChile de Corfo, señala que el esfuerzo institucional de las OTT ha generado una buen “portafolio de proyectos con potencial de mercado. Culturalmente, iniciativas como Avonni u otras han puesto la innovación en lugar destacado, generando mecanismos de reconocimiento profesional para los investigadores”, señala.

Coincide Álvaro Acevedo, gerente de Innovación y Emprendimiento de Sofofa, al indicar que se está “incorporar el bichito” del emprendimiento en las casas de estudios. “Es importante porque hay naciones como Suiza cuya base económica se exlica por la investigación aplicada. Investigación de punta puede ser la fuente de desarrollo de Chile”, dice.

¿Qué viene después?

El desafío es apoyar el escalamiento de estos proyectos. Para los expertos, ahora le toca a los privados tomar el guante. “Si bien la inversión en sí es necesaria, se requiere el compromiso del inversionista. Más gente de negocios que junto con invertir (o incluso sin hacerlo), puedan entregar la perspectiva de mercado a los investigadores que por formación carecen de ella”, señala Morales. Coincide Acevedo, agregando que de lo contrario, “hay que abrir las fronteras y buscar apoyo internacional. Si no, se corre el riesgo de tener una generación frustrada”, puntualiza.

CO FUNDADOR DE KINOSTICS
Carlos Irarrázabal, de la U. de los Andes, formó empresa con Aurus y Andrómaco.
Tras ocho años, el investigador de la U. de Los Andes, Carlos Irarrázabal, creó una tecnología para diagnósticar en poco más de dos horas (hoy se logra en más de 14 horas) la insuficiencia renal aguda. En 2012 se unió a Aurus y Andrómaco para fundar Kinostics, firma para desarrollar productos ligados a males del riñón. "La experiencia de ser cofundador fue un proceso complejo. El principal desafío fue traspasar las barreras del lenguaje técnico y fue superado. Elemento clave fue la Unidad de Desarrollo e Innovación de la U. de los Andes, que permitió consolidar las negociaciones", dice. Concluyeron el estudio que valida la prueba de concepto en 200 pacientes. Y en marzo, ingresaron la solicitud de patente en EEUU, Europa y Latinoamérica, donde esperan tener permisos para usar la tecnología.

TEST MOLECULAR DERIVÓ EN GENEPRODX
Hernán González, médico de la UC, busca US$ 3 millones para escalar la firma.
Gracias a Go to Market pudo cambiar el swicht y focalizar su proyecto, dice. El médico e investigador de Medicina de la U. Católica, Hernán González, patentó un test molecular que mejora la eficiencia en la detección de cáncer de tiroides, evitando la extirpación de nódulos tiroideos. Gracias a ello, acaba de crear la empresa de diagnóstico molecular GeneproDX. "Hubo que ponerse en sintonía con el mercado porque se requiere preparación y educación para entender el proceso y diseño del plan de negocios, y el ecosistema del mercado en el cual uno se mueve. Además, así podemos hablar el mismo lenguaje con inversionistas", afirma. Hoy está levantando capital por US$ 3 millones para el escalamiento comercial de la firma y postulando a un proyecto Corfo de alta tecnología.

OPTIMIZAR PROCESOS DE COMBUSTIÓN
Oscar Farías, de la U. de Concepción, creó una firma junto a otros facultativos.
Luego de una tesis doctoral y proyecto de investigación en la U. de Concepción sobre sistemas tecnológicos para optimizar procesos de combustión, el investigador Oscar Farías creó un spin off junto a otros académicos de la casa de estudios. Con OptiFlamma ofrece servicios de optimización en procesos de combustión en eficiencia energética (EE) o reducción de emisiones contaminantes. La tecnología, patentada en EEUU, ahorra hasta un 10% en uso de combustible. "Emprender era nadar contra la corriente. Lo difícil fue perseverar en un sistema donde no existían políticas (patentamiento o licenciamiento de tecnología) para emprender", dice. Tienen apoyo de la Incubadora IdeaIncuba, y capital semilla de Innova Bío Bío, que les permitió abrir la firma. Hoy buscan capital para crecer.

APLICACIÓN GEOSOCIAL DE PANORAMAS
Tomás Arredondo, de la U. Federico Santa María, inició su primer startup.
Especializado en redes de computación, el académico de Electrónica de la U. Federico Santa María, Tomás Arredondo, realizó estudios sobre tecnología y personas. Así, llevó la teoría a la realidad y creó, junto a su hermano Matías Arredondo, Placetribe, aplicación geosocial para compartir eventos o panoramas donde los presentes comentan el ambiente. Las firmas publican sus eventos y se comunican con usuarios. "Nunca había creado un startup. Es poco frecuente y nos falta experiencia, pero ahora hay varios profesores emprendiendo", dice Tomás, co fundador de la firma incubada en el Instituto 3IE de la USM. Tienen 1.142 usuarios y la meta es llegar a 50 mil descargas este año. En cinco años proyectan facturar $ 280 millones y buscan capital para crecer y mejorar la plataforma.

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