Ante la presión de la Casa Blanca y las dificultades arancelarias sobre algunos de sus negocios, PepsiCo redujo su previsión de beneficios para el año completo. Ello, debido a que la impredecible política comercial estadounidense y el deterioro de la confianza del consumidor aumentan los costos y reducen la demanda de los snacks y refrescos de la compañía.
La empresa propietaria de las marcas Gatorade, Lipton y Quaker prevé ahora un beneficio por acción para 2025 prácticamente igual al de 2024, basado en tipos de cambio constantes, frente a una previsión anterior de un crecimiento de cerca de 5%. La compañía sigue esperando un aumento de entre 2% y 3% en los ingresos orgánicos, que excluye algunos artículos, según declaró este jueves.
Con una amplia variedad de productos de consumo, desde cereales para el desayuno y jugos de fruta hasta papas fritas saladas y refrescos dulces, PepsiCo ofrece una visión de la situación de los consumidores a medida que las políticas implementadas por el presidente Donald Trump se consolidan.
La compañía también se prepara para afrontar el aumento de los costos de la cadena de suministro a medida que los nuevos aranceles estadounidenses incrementan el precio de sus insumos. “De cara al futuro, prevemos mayor volatilidad e incertidumbre, especialmente en relación con la evolución del comercio mundial”, declaró el director ejecutivo, Ramón Laguarta, en un comunicado. Añadió que la compañía está trabajando para mitigar el impacto del aumento de costos en la medida de lo posible.
Fin de colorantes
Las acciones cayeron alrededor de 3% a las 10:18 de la mañana en Nueva York. La acción había caído 6,4% este año hasta el cierre del miércoles, una baja inferior a la del índice S&P 500 durante el mismo período.
Por otra parte, el Secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., anunció esta semana planes para eliminar gradualmente el uso de todos los colorantes alimentarios sintéticos derivados del petróleo, lo que afecta a muchos productos de PepsiCo. También está presionando a los gobernadores estatales para que se unan a su campaña para limitar el acceso a dulces y bebidas azucaradas.