Por Eric Ng
El esfuerzo de Beijing por cambiar su sistema de precios de electricidad, desde uno fijado por burócratas a otro basado en demanda y oferta, ha dado escasos frutos.
El esfuerzo, que primero lideró el ex primer ministro Zhu Rongji, ha sido obstaculizado por la falta de coraje político para abrir el mercado a la competencia de precios y dejar que el precio del consumidor final refleje el costo verdadero de la producción y distribución de energía, según los analistas.
A fines de 2002 el Consejo de Estado aprobó una circular sobre la reforma a los precios eléctricos. Avizoraba “la fijación gradual de un sistema de precios eléctricos acorde a la economía socialista de mercado”, con el objetivo de largo plazo de que el mercado fije las tarifas del consumidor final, aunque no incluyó un cronograma.
El objetivo de la reforma era aumentar la eficiencia en todo el sistema de generación y distribución. Sin embargo, advertía que los precios debían “permanecer mayormente estables” en las primeras etapas.
Una década después las tarifas siguen bajo control de la Comisión para el Desarrollo Nacional y Reforma (NDRC).
En 2004 hubo ensayos en el noreste y este de China: se introdujo la oferta competitiva para la venta de una porción menor de la producción eléctrica en estas regiones.
Sin embargo, el experimento terminó en un año, ya que los precios se dispararon, algo contrario al deseo de Beijing de “permanecer mayormente estables”.
En el duodécimo plan quinquenal para el desarrollo de la industria para 2011-2015, Beijing reiteró su intención de “acelerar” la reforma de precios. Sin embargo, los analistas no están optimistas en que la NDRC ceda el control.
“Mientras no haya cronograma, todo debate sobre la reforma de precios es inútil”, señaló Lin Boqiang, director del Centro de Investigación Económica Energética de la Universidad de Xiamen. “De hecho, el ímpetu de la reforma se ha debilitado tras una década, ya que muchas firmas privadas y extranjeras han sido excluidas por riesgos para la política energética”.
Pierre Lau, jefe de Citi para acciones en Asia e investigación en energía limpia, escribió en un reporte de investigación que el requisito clave para mayores avances es transformar a las generadores en compañías orientadas por el lucro.
“Actualmente, el desempeño de los generadores del Estado o controlados por él y su plana ejecutiva no es evaluado básicamente por su rentabilidad”, señaló.
A pesar de la expectativa de que el nuevo gobierno de Xi Jinping realice reformas sociales y económicas, los precios de la electricidad siguen siendo un tema delicado, dado que la mantención de la estabilidad social está al tope de la agenda.
“Uno podría pensar que el nuevo gobierno trae nuevas esperanzas de reforma, pero no debemos olvidar que muchos de los ejecutores en el gobierno no han cambiado y su máxima prioridad de armonía y estabilidad social tampoco”, aseveró Lin.