Fría respuesta a banco malo de Italia

Ha costado meses de negociaciones y un fuerte golpe en las acciones del sector financiero que Italia y la Unión Europea alcanzaran un acuerdo para que el gobierno pueda librar a los bancos del país de su montaña de créditos dudosos.

Los inversionistas recibieron con frialdad el acuerdo, preocupados por si el limitado impacto será suficiente para generar un cambio.

Roma y la UE esperan que el programa desate una venta masiva de préstamos tóxicos a los administradores de activos privados, limitando las pérdidas de los potenciales compradores y eliminando uno de los grandes lastres de la economía del país. El ministro de Finanzas italiano, Pier Carlo Padoan, defendió ayer que es una “herramienta útil en la estrategia estructural del gobierno” y que ayudará a los bancos a que se cumplan los créditos dudosos de forma más eficiente y rápida. Pero los funcionarios italianos admiten que no es una “panacea” para su sistema financiero, que no tuvo grandes inyecciones de fondos públicos en la última recesión y, como resultado, ha tenido que cargar con deudas incobrables.

Para los analistas, Italia debería haber creado un esquema más radical que le permitiera comprar directamente los préstamos incobrables, como pasó en España. Pero las normas sobre ayudas estatales se endurecieron desde entonces y Roma ha tenido que conformarse con un acuerdo que permite una garantía del gobierno a tramos superiores de paquetes de préstamos incobrables, un precio de una “tasa de mercado”.